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Los candidatos a la presidencia de la Federación Asturiana de Empresarios

Belarmino Feito, presidente de Asturfeito: "FADE debe ser una voz contundente y clara en cuanto afecte a la economía"

"Se precisa un cambio de gobernanza hacia un modelo transparente, participativo y colaborativo"

Belarmino Feito. RICARDO SOLÍS

Belarmino Feito (Somiedo, 1965), presidente de la compañía metalúrgica Asturfeito, con instalaciones en Carreño, Avilés y Mieres, opta a la presidencia de la patronal asturiana (FADE) con una propuesta que, entre otros objetivos, propugna un cambio en su gobernanza.

- ¿Cuáles son sus propuestas para FADE?

-Tenemos que ir a un cambio de la gobernanza hacia un modelo abierto, transparente, participativo y colaborativo. Abierto en el sentido de flexible para adaptarse al contexto socioeconómico y a las rápidas transformaciones sociales y a los retos que entrañan desafíos como el de la llamada Industria 4.0, y todo ello en tiempos de limitaciones presupuestarias. Una gestión de FADE transparente, rigurosa y de acuerdo con los códigos de buenas prácticas y de rendición de cuentas a los socios. Un modelo también que favorezca la participación activa de las asociaciones empresariales y las empresas en las iniciativas de FADE, dando cabida en los órganos a todos los sectores de la forma más amplia y equilibrada posible, y que fomente el asociacionismo empresarial. Y todo ello buscando la implicación máxima de todos los socios y de otros actores socioeconómicos, académicos e institucionales. Y hay que mantener la estructura de servicios que FADE presta a los socios porque tienen buena valoración.

- ¿FADE debe elevar su voz en la sociedad y ante los poderes públicos?

-FADE debe ser la voz con mayúscula en todas las cuestiones de relevancia e interés para el desarrollo económico y lograr más eco. No se trata de elevar el tono, sino de que las empresas encuentren en FADE la voz contundente y clara que defienda sus interese ante la instituciones. Y FADE debe posicionarse en todas las cuestiones que afecten a la empresa y a la economía con un diálogo fluido y sostenido con las administraciones para abordar los problemas. Un ejemplo: si se plantea la cooficialidad del asturiano, alguien debe preguntar qué coste tiene, de dónde se va a detraer esa partida y qué se va a dejar de hacer para liberar esos recursos. Y establecer prioridades.

- ¿Cuál es su propuesta para la economía asturiana?

-Defiendo la elaboración de un plan estratégico a medio y largo plazo, en el que, recurriendo a todos los mecanismos de los que disponemos (Sadei, Universidad, asociaciones empresariales sectoriales...), determinemos el potencial de Asturias para la creación de riqueza y ver qué necesidades tiene cada área de actividad. El mercado potencial son los 7.000 millones de habitantes del planeta, pero tenemos recursos limitados y, por lo tanto, tenemos que centrar bien el tiro. Los empresarios son los que tenemos que liderar ese plan porque somos los que tenemos la obligación de conocer los mercados. Y tenemos que lograr un consenso social que permita alinear la actuación de todos los agentes (centros de conocimiento, empresarios, sindicatos...) y recursos para logra los objetivos. Y esto pasa por saber qué Asturias queremos.

- ¿Y a corto plazo?

-Necesitamos un plan de choque. Y por nuestro pasado, tradición y peso, el gran potencial de crecimiento lo tiene sobre todo la industria. Por eso es necesario un gran pacto por la industria, lo que no significa excluir u olvidar al resto de sectores.

- ¿Qué pide para la industria?

-Tenemos que garantizar un plazo razonable para el cumplimiento de las directivas ambientales, aplicándolas pero sin radicalidad, y no de forma más intensa y más rápida de lo que se exija. Si hay de plazo hasta 2030 no hay por qué cerrar mañana una instalación porque su impacto en Asturias, por su perfil industrial, es superior al que tendría en otras regiones. Y las multinacionales que están en Asturias pueden estar aquí o en otros países. Además tenemos un problema de costes. Tenemos una industria intensiva en consumo de energía y tenemos que pelear por tener un marco y un coste energético competitivo (hoy no lo tenemos) y, por lo menos, estable. También necesitamos mejorar la conectividad marítima, ferroviaria y aérea. No se trata de tener conexiones aéreas (como ocurre ahora) para que los asturianos vayan de vacaciones a Mallorca, Alicante o Venecia porque esto no es una prioridad y los recursos son limitados. Entendería que las hubiese para traer turistas, pero lo que más necesitamos son conexiones con aquellos centro neurálgicos (y en Europa hay dos: París y Frankfurt) que nos conectarían con el resto del mundo. En la conexión aérea con Madrid vale más dejar de pelearnos por su alto precio y centrarnos en reclamar de manera inmediata el AVE desde Campomanes, y con tráficos de mercancías y pasajeros por la variante. Esto es vital. Y además la competencia del AVE forzaría probablemente el abaratamiento de los vuelos con Madrid. Ya hay muchos asturianos que van a León a coger el AVE. También tenemos que reactivar la autopista del mar. No tiene sentido que llevemos tres años sin ella cuando daba un gran servicio. Y respecto a la Industria 4.0, un sector estratégico y con gran potencial de crecimiento, y que ya tiene cierto desarrollo en Asturias, precisamos un sector TIC (tecnologías de la información y la comunicación) aún más potente. Quien no se suba al tren 4.0 tendrá fecha de caducidad.

- ¿Ve opciones en otros sectores?

-El agroalimentario y el turístico tienen un gran potencial y pueden complementarse de forma recíproca, con actuaciones conjuntas que permitan compensar la estacionalidad de nuestro turismo, mediante pequeñas producciones pero de muy alta calidad. Y hay también sectores nuevos, emergentes y de diversificación que no se pueden ignorar.

- ¿Qué opina de la concertación social?

-Llevamos años con planes de concertación pero desconozco si son eficaces y si los recursos que se pactan llegan a su destino porque no tenemos una métrica para evaluar plazos de cumplimiento, eficacia de las medidas e impacto en la economía. A veces se queda en una foto porque, aunque hay mesas de seguimiento, los objetivos tienen que ser evaluables como hacemos en las empresas. Si no son medibles, los objetivos son sólo deseos. Hay otras cuestiones que también nos tienen que preocupar, como la formación profesional dual. El sur de Europa está en cabeza en paro juvenil. Hay estudios que apuntan que si los países de la OCDE aplicaran el modelo alemán, su PIB conjunto crecería en 1,1 billones de dólares. También tenemos que reducir la distancia entre la Universidad y la empresa para ajustar mejor la oferta y la demanda, e implantar y la formación dual universitaria, como ya están haciendo el País Vasco, que tendrá 10 grados en 2018, y otras regiones. Esto también contribuiría a evitar la precariedad laboral de los becarios, que no se resuelve pagándoles más. Esto evitaría la fuga de talento y fijaríamos población. La demografía es un problema gravísimo en Asturias.

- ¿Cómo corregirlo?

-El pacto por la industria lo paliaría. Tenemos que ofrecer empleo estable y de calidad para que retornen nuestros jóvenes capacitados, con independencia de que es bueno que tengan experiencia en otros países. Asturias no puede ser la tierra que se visita para ver a los abuelos. Hay sectores como las TIC que demandan profesionales. Se necesita también una fiscalidad que no nos coloque en desventaja con otros territorios y que no nos reste competitividad. Hay que equiparar los impuestos. Y se necesita luchar contra el intrusismo y favorecer la cultura emprendedora desde el colegio.

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