El nivel de bienestar de los asturianos está por debajo de su posición en rentas. Si se miden los ingresos, los habitantes del Principado figuran en el cuarto lugar en España, pero parece que el dinero no garantiza la calidad de vida ya que en esa variable Asturias cae hasta la octava plaza, según un estudio que acaba de publicar el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE) y la Fundación BBVA.
En medio del debate sobre los privilegios fiscales del País Vasco y Navarra, estas dos comunidades forales, junto a La Rioja, figuran a la cabeza en calidad de vida en España. El estudio mide el bienestar a partir de diez variables objetivas y subjetivas: renta y riqueza, empleo y salarios, condiciones de la vivienda, estado de salud, educación, conexiones sociales, compromiso cívico, medioambiente, seguridad y satisfacción.
En renta de los hogares, Asturias figura en cuarto lugar -sólo por detrás de País Vasco, Madrid y Navarra- debido, principalmente, al alto nivel salarial -vinculado al peso de la industria-, al alto nivel formativo y a las elevadas pensiones medias. Además de por rentas altas, Asturias destaca también por la sensación de seguridad, ya que en esa variable figura en segunda posición.
Sin embargo, en el conjunto de las facetas de bienestar Asturias cae hasta la octava posición por detrás de País Vasco, La Rioja, Navarra, Madrid, Cantabria, Castilla y León y Aragón. Esa posición alejada de la correspondiente a las rentas se debe a las tasas de paro de larga duración y, sobre todo, a la salud. Asturias es la cuarta comunidad con menor esperanza de vida al nacer (poco más de 82 años); la quinta con menor porcentaje de población de más de 16 años que declara tener un estado de salud bueno o muy bueno, y la quinta también con porcentaje de población de más de 18 años obesa.
En cuanto a la satisfacción con la vida (valoración subjetiva) entre una puntuación del 1 al 10, los asturianos se dan un 7, sólo una décima más que la media española, del 6,9.
Crece la desigualdad
El estudio "Las facetas del bienestar. Una aproximación multidimensional a la calidad de vida", fue elaborado por Carmen Herrero, Antonio Villar y Ángel Soler, que señalan, como conclusión a la situación española, que "el impacto de la crisis ha sido muy asimétrico por comunidades autónomas y, sobre todo, por grupos de edad, con especial repercusión en los jóvenes". Además apuntan que "el aumento de la pobreza y el desempleo son los costes más importantes, particularmente con respecto al desempleo de larga duración" y que la crisis "generó un aumento sustancial de la desigualdad en la distribución de la riqueza".
