El Banco Santander y los sindicatos cerraron ayer la negociación del expediente de regulación de empleo (ERE) que reducirá la plantilla conjunta de Santander y Popular en 1.100 empleos, frente a los 1.500 propuestos en un principio. El ERE afectará al 3,1% de los 35.000 trabajadores que suman ambas entidades tras la compra del Popular por parte del Santander. El pacto garantiza, entre otras cosas, que los 1.100 empleos se recortarán en los servicios centrales y que las salidas serán de carácter voluntario.