La economía asturiana ha acelerado su crecimiento en 2017, de forma que concluirá el año habiendo registrado un avance del producto interior bruto (PIB) del 2,9%, según las predicciones que acaba de publicar la red Hispalink, observatorio ligado a varias universidades españolas. Ese resultado, de confirmarse, supondría el mejor en una década, si bien la región quedaría una décima por debajo del comportamiento medio el país. Los servicios, la industria y la construcción tiran de la actividad en Asturias, lastrada en cambio por la difícil situación del campo.

Los pronósticos de Hispalink sobre el Principado están elaborados por un equipo de investigadores del departamento de Economía Aplicada de la Universidad de Oviedo, coordinados por los profesores Rigoberto Pérez y Ana Jesús López. En los siguientes puntos se exponen las previsiones que han actualizado este diciembre.

El VAB. El valor añadido bruto (VAB, cuenta análoga al PIB para estimar la generación de riqueza) de la economía asturiana tendrá este año un avance medio interanual del 2,9%, cercano al promedio del país (3%) y el más elevado desde el registrado en 2007 (3%), ejercicio inmediato anterior al inicio de la Gran Recesión. Este período de contracción de la actividad y de aumento explosivo del paro duró en Asturias entre 2008 y 2014, iniciándose la recuperación en 2015. El que ahora termina será por tanto el tercer ejercicio consecutivo de expansión de la economía regional, al que seguirán sendos avances del 2,3% en 2018 y 2019, en ambos casos inferiores a la media nacional (2,5% y 2,4%), de acuerdo con las predicciones de Hispalink.

Los sectores. Asturias crece con un patrón sectorial parecido al del conjunto del país. Los servicios, impulsados por el consumo de los hogares (incluido el turismo), tiran de la producción y del empleo. Hispalink observa también una "reactivación" de la industria, con aportaciones notables del metal y de la generación de electricidad. Y se predice asimismo una expansión del VAB de la construcción del 4,4%, superior en una décima a la media nacional y presumiblemente anclada en el repunte del mercado de la vivienda y en la rehabilitación de edificios y no en la obra pública, porque los indicadores de licitación permanecieron muy bajos durante el conjunto del año. El peor resultado es para el sector primario, para el que se estima una severa contracción (-3,8%) relacionada con los problemas singulares del campo. Según otros datos de la Sociedad Asturiana de Estudios Económicos e Industriales (SADEI), las entregas de leche descienden en 2017 y lo hacen también los sacrificios de las explotaciones ganaderas cárnicas. La pesca, en cambio, mejoró hasta octubre en capturas y en valor de mercado.

El empleo. Los economistas de Hispalink auguran que el número medio de asturianos con trabajo habrá sido este año de 396.400, en términos de la Encuesta de Población Activa (EPA). Un balance así representaría un aumento de 10.300 empleo y del 2,7% en términos relativos. Conforme a las mismas predicciones, la caída del paro será del 25,7%, hasta situarse en 61.000 personas de media anual, en parte por la creación de trabajo, pero también por un nuevo retroceso de la población activa.

Madrid y los archipiélagos. Asturias será este año, según las cuentas de Hispalink, la octava región con mayor crecimiento económico, posición que compartirá con Andalucía y Castilla-La Mancha. El liderazgo corresponde a Baleares (3,7%), Madrid (3,6%) y Canarias (3,3%). Los resultados de los archipiélagos son congruentes con el buen momento del turismo. Los investigadores creen que la economía nacional sigue sacando partido de "vientos de cola" de procedencia exterior: la depreciación del euro y el contenido precio del petróleo; la política monetaria expansiva del Banco Central Europeo (BCE) -con grandes ahorros en los costes de financiación para el sector público y el privado-; el deterioro de destinos turísticos competidores debido a tensiones geopolíticas y como consecuencia del terrorismo yihadista, y el impulso del PIB en el conjunto de la eurozona. Hispalink pronostica que, aunque el efecto benéfico de algunos de esos factores irá perdiendo fuerza, el proceso de recuperación en España continuará en 2018 y 2019, si bien con tasas más modestas y condicionado por la situación política de Cataluña, cuya economía creció vigorosamente en 2017 (3%). Esta comunidad sufrirá una desaceleración más intensa que otras en los siguientes ejercicios, se predice también.