El índice de precios al consumo (IPC) aumentó el 1,2% en diciembre, cinco décimas menos que el mes anterior y la tasa más baja del año. El Instituto Nacional de Estadística (INE) achacó el dato a una subida de los carburantes inferior a la registrada al cierre de 2016. La tasa, no obstante, supone una pérdida de poder de compra tanto para pensionistas (la subida de sus prestaciones fue del 0,25%) como para funcionarios (cuyos salarios subieron el 1%).

Si en vez de tomar el dato de diciembre, que es el que se usa habitualmente como referencia para los salarios (y también el que emplea el INE para la actualización de rentas), se toma la media anual (la que utilizó el Gobierno de España el año pasado para negar la pérdida de poder adquisitivo) la tasa de incremento del IPC se acerca al 2%. En concreto la media anual fue del 1,97%, muy por encima de la subida de pensiones, salarios públicos y también de los sueldos fijados por convenio. Según los datos del Ministerio de Empleo, hasta noviembre la variación salarial media fijada por convenio en España fue del 1,43% (en Asturias del 1,49%), cinco décimas por debajo de la subida media del IPC en 2017 y dos por encima del dato de diciembre.

En lo que no hay duda es en que los pensionistas son los que perderán más poder adquisitivo. Hasta 2013, las pensiones se actualizaban con arreglo al IPC. Sin embargo, ese año entró en vigor el llamado factor de revalorización, que hace que las prestaciones se revisen en función de las cuentas de la Seguridad Social. Si no están equilibradas se aplica una subida del 0,25%.