Duro Felguera y la banca acreedora trabajan en la ampliación, por segunda vez, de la tregua financiera vigente desde el 4 de julio y por la que la compañía asturiana está eximida de la amortización de su deuda bancaria y del pago de intereses mientras dura el proceso de reestructuración, refinanciación y recapitalización de la sociedad.

Aunque la actual moratoria -que se renovó el 1 de octubre- vence el próximo lunes, fuentes financieras aseguraron que hay entendimiento para extenderla, y que el agotamiento del plazo pasado mañana no entraña riesgo, dado que, como ocurrió en octubre, el contrato puede firmarse con posterioridad a esa fecha y que surta efecto con carácter retroactivo.

La negociación de este acuerdo (conocido como "stand still") se produce mientras se apuran los trámites y gestiones para formalizar el entendimiento ya alcanzado el pasado día 4 entre las partes y por el que la banca acreedora concederá una línea de liquidez por 20 millones para que la ingeniería asturiana pueda afrontar los pagos más urgentes y mantener su operatoria ordinaria.

Aunque algunas fuentes financieras habían considerado altamente probable que la firma de esta inyección de liquidez se hubiese formalizado a comienzos de esta semana (martes o miércoles), otras habían pronosticado que el análisis de los contratos y garantías por los servicios jurídicos de los seis bancos del grupo negociador así como de la compañía, y la tramitación y protocolización de los compromisos, llevaría más tiempo. Algunos sectores conocedores creen que podría quedar resuelto la próxima semana o días inmediatos.

Medios de los acreedores coincidieron en señalar que el entendimiento para dar oxígeno a Duro con una línea de liquidez para dotar de circulante a la compañía conlleva implícito el acuerdo sobre la prórroga: "No tendría sentido acceder a una cosa y no a la otra", dijeron varias fuentes cercanas a los acreedores.

El desbloqueo de ambas decisiones supondrá una muestra de confianza en Duro y en sus posibilidades de superar sus actuales dificultades por parte de sus prestamistas, aunque sólo son medidas preliminares para abordar los problemas de calado que afronta el grupo. Ambos auxilios son mecanismos para sostener a la ingeniería y ganar tiempo para que Duro y sus acreedores puedan avanzar de forma coordinada y simultánea en la resolución de las complejas y arduas tareas pendientes: mejorar la eficiencia y generar sinergias internas para lograr ahorros (Acacio Rodríguez, el nuevo presidente, acaba de diseñar una reestructuración orgánica), venta de activos no esenciales para la actividad, búsqueda de nuevos accionistas que aporten al menos 100 millones en capital nuevo y reestructuración de la deuda bancaria, convirtiendo parte de ella en capital y refinanciando el resto. El fortalecimiento del balance se considera vital para la continuidad del grupo y para que Duro inspire confianza y pueda acceder otra vez a grandes contratos.

Tras dos días de repliegue, Duro volvió a reanudar ayer la tendencia alcista que viene protagonizando en Bolsa desde que comenzó el año. Ayer subió el 7,17% (aunque llegó a remontar el 9,78%) y cerró la sesión en los 0,493 euros por acción.