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Asturias trata de engarzarse en el "blockchain", "la tecnología del futuro"

Centros tecnológicos y empresas experimentan las formas de hacer negocio con el sistema que da soporte al bitcoin

Asturias trata de engarzarse en el "blockchain", "la tecnología del futuro"

Imagine que un amigo muy generoso le transfiere a su cuenta dos bitcoins. Y usted, desprendido, le cede uno de ellos a un familiar. Cada una de esas transacciones debe registrarse y engarzarse en un sistema llamado "cadena de bloques" (más conocido por su denominación en inglés: "blockchain"), una tecnología que, además de servir de soporte a la más famosa de las criptomonedas, está llamada a revolucionar internet y la forma de hacer negocios. Es "la tecnología del futuro", según quienes ya trabajan o investigan sobre ella.

Para que ese intercambio monetario quede bien grabado es esencial el papel de los llamados mineros, que no usan pico ni pala, sino potentes programas informáticos que, mediante un algoritmo cada vez más complejo, verifican que la información suministrada es correcta. Lo hacen por cientos y los datos quedan grabados en todas sus computadoras. Entre todos comprueban que no haya errores que pudieran romper la serie, como, por ejemplo, que en la segunda de las operaciones usted entregue tres bitcoins. Las cuentas no saldrían porque solo tenía dos de saldo y la cadena se rompería.

Ahora, deje de lado el bitcoin -protagonista de una burbuja que muchos analistas ven a punto de explotar- y piense en otro tipo de información; por ejemplo, en la relativa a las revisiones que tiene que pasar periódicamente el ascensor de un edificio de pisos, una aplicación real en la que ya está trabajando el Centro Tecnológico CTIC, con base en Gijón. Las posibilidades son infinitas, la seguridad del sistema, a primera vista, parece infranqueable, y muchas empresas, entre ellas varias asturianas, ya se han lanzado para tratar de ensortijar esa cadena y buscar la fórmula de hacer negocio con ella. Con lo que si muere el bitcoin, como algunos pronostican, parece bastante probable que la tecnología con la que se hizo grande esta criptomoneda, el "blockchain", sobreviva.

Luis Meijueiro, investigador del CTIC, destaca que el "blockchain" es "la vía más prometedora para facilitar el procesamiento de transacciones. Proporciona confianza, verificabilidad y transparencia al tiempo que racionaliza los procesos de negocio". Este centro de investigación está trabajando de forma experimental con dos aplicaciones que usan este sistema. Una, la reseñada líneas atrás, en la que los operarios que revisan los ascensores pueden ir subiendo la información de su trabajo y los vecinos, comunicar las incidencias. La otra está orientada a evitar el fraude en los cuentakilómetros de los coches de segunda mano, también con un registro en cadena.

Una de las ventajas de esta novedosa tecnología es que es prácticamente imposible de manipular, señalan quienes ya están explorando sus posibilidades. "Las aplicaciones de 'blockchain' tienen mucho sentido donde se quiera tener cierta transparencia, cierta distribución de la información y se desee poner de acuerdo a usuarios que no confían entre sí sobre una verdad común consensuada que no pueda ser manipulada por ninguno de ellos, resistente a ciberataques y siempre disponible de manera inmutable y perdurable", señala Meijueiro. La base de datos en la que se guarda la información está totalmente descentralizada, ya no depende de un solo organismo, sino que la información está compartida, guardada en varios cajones, a veces en miles de ordenadores diferentes. Para modificar cualquier número es necesario el consenso de todos los que participen en la operación. Con lo que muchos consideran que el futuro de profesiones como la de los notarios pueden pender de un hilo si este sistema de intercambio de información acaba popularizándose, tal y como prevén los expertos.

Miguel Ortuño, profesor de informática en la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid y experto en el bitcoin, es de los que está convencido de que esta tecnología acabará arraigando. Advierte de que muchos trabajos tendrán que adaptarse a esta nueva ola que viene. Entre ellos el de los notarios. "En el futuro sus trámites más complejos los tendrán que registrar en la 'blockchain'; pero solo los más complicados, los asuntos básicos los podrá certificar el usuario por sí solo", señala.

Otra de las que está experimentando con el sistema es la firma praviana E2k, que presta servicios al sector de los seguros y forma parte del consorcio Alastria, una red semipública integrada por instituciones y grandes empresas de distintos sectores (incluidos varios de los grandes bancos del país) y cuya finalidad es el diseño de aplicaciones basadas en esta tecnología. La compañía prevé crear un centro de procesamiento de "blockchain" en Asturias, lo que se conoce como un nodo. "Lo importante es que esta tecnología ayude a resolver problemas que ya existen, y no crear problemas para que los solucione", señala Higinio Iglesias, consejero delegado de E2k.

Para el mundo de los seguros las utilidades pueden ser múltiples. Una de las que se está explorando es la del llamado "contrato inteligente". Un ejemplo de cómo funcionaría: Un grupo de viajeros contrata con su billete de avión un seguro por si ocurre cualquier incidencia y el vuelo se cancela, y sucede; la información se subiría al sistema (un bloque de la cadena) y los asegurados recibirían casi al instante el dinero prometido en la póliza. "No habría que reclamar", señala Iglesias. Fin a los intermediario.

Pese a que muchos comienzan a dar pasos para adoptar esta tecnología al día a día de sus negocios, Luis Meijueiro asegura que todo esto está aún en una "fase beta", un término informático que se utiliza cuando los proyectos están aún verdes. "Hay muchas personas y organizaciones trabajando en mejorar la tecnología y haciendo aplicaciones reales, pero de forma experimental", señala.

El candasín Daniel Díez, que trabaja para una gran multinacional ligada a las nuevas tecnologías y que es autor de un libro sobre la tecnología "blockchain", está convencido de que el sistema está ya lo suficientemente maduro. Díez está, por ejemplo, liderando un proyecto para renovar el extenso catastro de Colombia mediante estas cadenas de bloques. Subraya que los sectores que están mostrando más interés en estos desarrollos son el financiero y el energético. Aunque acabará alcanzando a todos, prevé.

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