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La siderurgia y las cementeras ven en riesgo su futuro por la penalización al CO2

"Fabricar acero sin carbón es como hacer cerveza sin levadura", afirma Arcelor l El aumento de costes compromete las exportaciones de las plantas de Masaveu

Arcelor Mittal, primer fabricante mundial de acero, es también uno los grandes emisores globales de dióxido de carbono (CO2, gas causante del cambio climático). La multinacional está por ello muy directamente concernida por las disciplinas ambientales y por el proceso de "descarbonización" (drástico recorte del uso de combustibles fósiles) que se están abordando sobre todo en Europa para contribuir a frenar el calentamiento del Planeta. El gigante siderúrgico ha trazado sus propios objetivos para reducir significativamente sus emisiones (el 8% hasta 2020), pero avisa de que el uso de carbón en sus procesos industriales es inevitable: "Fabricar acero sin carbón es como pedirle a una cervecera que haga cerveza sin levadura", ha resumido gráficamente uno de los miembros de la dirección de Arcelor.

Alan Knight, director general de responsabilidad corporativa, comenta en una entrevista divulgada por Arcelor los desafíos económicos y técnicos que afronta la compañía ante la "transición energética" que está poniendo en marcha la Unión Europea (UE) hacia una economía baja en carbono. A la pregunta de por qué es tan difícil "descarbonizar" el acero" Knight responde: "La mayoría de las emisiones de Arcelor Mittal provienen de la reacción química requerida para convertir el mineral de hierro y el carbón en acero. No podemos reemplazar ese carbón por molinos de viento".

El directivo se refiere al proceso productivo de los hornos altos, como los dos que la compañía tiene en Veriña (Gijón). En ellos se obtiene el arrabio a partir del hierro y el carbón y es en ellos también donde se genera la mayoría de las emisiones de CO2 de la siderurgia asturiana. En 2016, el complejo acerero de Asturias emitió 5,7 millones de toneladas de dióxido de carbono, cantidad que convierte a la factoría en la instalación industrial de la región con mayores emanaciones de ese gas, por delante de las centrales termoeléctricas de carbón. Al contrario que estas últimas, las plantas de Arcelor disponen de una asignación gratuita de derechos para emitir CO2. El alcance de esa asignación (7 millones de toneladas para 2016) hace posible que Arcelor no tenga por el momento sobrecostes y que, al contrario, esté en situación de obtener rendimientos de los derechos sobrantes mediante su venta en el comercio de bonos de dióxido de carbono.

Esa posición excedentaria puede cambiar a partir de 2020. Las instituciones de la UE están trabajando en un endurecimiento del comercio de CO2 que presumiblemente reducirá de forma notable los derechos para emitir sin coste. Bruselas se ha comprometido a tener una atención especial con los sectores industriales afectados por lo que llama "fuga de carbono", el riesgo de cierres y de deslocalización de actividad industrial debido a la penalización que supone pagar más por emitir y sus repercusiones en la competitividad frente a productores ajenos a Europa y asentados en países con legislaciones más permisivas.

La posición final de Europa sobre el acero y sobre el resto de industrias afectadas está sin concretar. La de Arcelor es la siguiente, en palabras de Alan Knigth: "Nuestros clientes compran acero en un mercado global y enfrentamos el riesgo de que simplemente elijan aceros fabricados en países sin ese sobreprecio. Una solución podría ser un impuesto fronterizo a las importaciones, pero podría haber otras". Knight apuesta por potenciar el reclicaje del acero y el aprovechamiento de los subproductos del proceso siderúrgico ("economía circular") para reducir el impacto ambiental. Y añade una reflexión general sobre el enfoque que ha tenido la respuesta política frente al cambio climático: quizá hubiera sido más eficaz que los compromisos para reducir las emisiones se hubieran abordado a escala sectorial, con la implicación de todas las grandes industrias de cada sector, en lugar de una negociación entre países y regiones del mundo de la que se han descolgado con frecuencia algunos de los mayores generadores de CO2 (China o EE UU, principalmente).

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