La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Los precios de la luz y el CO2 amenazan la competitividad del cemento asturiano

Corporación Masaveu ve comprometida la expansión de sus exportaciones

Los precios de la luz y el CO2 amenazan la competitividad del cemento asturiano

Las fábricas de cemento que la Corporación Masaveu tiene en Aboño (Carreño) y Tudela Veguín (Oviedo) forman parte de la relación de industrias asturianas cuya capacidad de competir está singularmente condicionada por el precio de la electricidad y por los costes asociados a las emisiones de CO2. Los últimos acontecimientos relacionados con el sector eléctrico y con el endurecimiento de la disciplina ambiental en Europa amplifican las amenazas para el porvenir del negocio cementero, según el criterio de la dirección de Masaveu Industria, filial de la citada corporación.

"La competitividad de todo el sector está comprometida", subraya Fernando Tresguerres, responsable de asuntos medioambientales de Masaveu. La industria cementera se enfrenta, como otras, a una reducción significativa de los derechos gratuitos para emitir CO2. Las fábricas han sido incluidas por la UE entre las afectadas por el riesgo de "fuga de carbono" (peligro de cierres o deslocalizaciones), pero el nivel de protección que tendrán será menos generoso que el actual. Según explica Tresguerres, Europa trabaja en una propuesta para supeditar la asignación de derechos gratuitos a que las plantas tengan niveles de eficiencia (emisiones en relación a la producción) inalcanzables para las fábricas españolas porque están determinados a partir de los resultados de plantas europeas con procesos y productos distintos a los del resto de cementeras.

Las fábricas de Aboño y Tudela Veguín emitieron un total 1,2 millones de toneladas de CO2 en 2016, básicamente por el funcionamiento de los hornos donde se elabora el clinker (producto base del cemento) a partir de piedra caliza y mediante el uso de coque de petróleo como combustible. La energía eléctrica es también clave en el proceso productivo y su posible encarecimiento añade tensión sobre los resultados. Más después de que ambas plantas sufrieran un recorte en la asignación de "potencia de interrumpibilidad" (mecanismo para abaratar la factura de la industria) en la última subasta eléctrica. Esa presión sobre los costes supone un riesgo singular para las exportaciones, el camino que ha seguido el cemento en Asturias y en España ante el hundimiento del negocio nacional. Masaveu, con más de 300 empleos directos en sus plantas asturianas, vende fuera ya más de la mitad del cemento que produce.

Compartir el artículo

stats