La constructora asturiana Procoin, que está en proceso concursal desde fines de diciembre, alcanzó ayer un acuerdo con la representación laboral para la extinción de los contratos de sus 63 trabajadores, en lo que se da por hecho que está orientado a la liquidación de la sociedad. La situación crítica de la compañía no afecta a su participada Procoin Industrial, con negocio en Chile y de la que Procoin España posee el 50%.

El acuerdo entre la empresa y el comité, con el conocimiento y autorización de la administración concursal, consiste en la indemnización a los trabajadores con una cuantía equivalente al salario de 23 días por cada año trabajado. El acuerdo debe ser validado ahora por el juez.

Procoin, con una cartera de contratos por un importe de 15 millones de euros, y que en 2016 había vuelto a beneficios tras duplicar ventas y reducir su deuda en el 76,6%, se acogió al preconcurso voluntario en los primeros días noviembre por un problema de liquidez, como consecuencia de demoras en los pagos de sus clientes y afectada por la pérdida de la línea de circulante que le facilitaba el Banco Popular antes de la crisis de esta entidad el 7 de junio. El Popular era uno de los tres bancos con los que se financiaba tradicionalmente la sociedad. Tras no llegar a un acuerdo de refinanciación con el resto de sus prestamistas, se declaró en concurso un mes después.

El grupo, que operaba en Asturias, País Vasco, Madrid y Castilla y León, redujo su deuda en los últimos cuatro años de 30 millones en 2013 a 7 millones en 2017 y la ratio de endeudamiento sobre volumen de negocio pasó del 245% en 2013 al 42% en 2016. En 2016 duplicó sus ventas (facturó 21 millones) frente a los 11 millones de 2015. El ejercicio de 2017 preveía terminarlo con una cifra de negocio similar a la de 2016: 22 millones. Los resultados negativos (2 millones de pérdidas en 2015) se revertieron en 2016 con un pequeño beneficio de 65.000 euros.

Fundada en 1983 por dos socios (Juan Herrero García y Constantino Martínez), la empresa quedó en 2016 en manos de los herederos del primero tras una separación de activos e intereses entre los dos núcleos accionariales.

Juan Luis Herrero Berenguela, responsable de la sociedad, expresó ayer su convicción de que la compañía era viable y podría haberse salvado, y que ahora su empeño, por imperativo legal y por "interés personal", es gestionar los cobros y la venta de activos para cerrar el proceso "de la mejor manera posible" y que "los acreedores puedan recuperar el máximo posible de sus créditos con Procoin".

Procoin se había centrado de forma preponderante en el mercado regional, donde concentró hasta 2014 el 84% de su negocio. El resto de España aportaba el 16% restante. Dos años después, en 2016, Asturias había reducido su peso al 45%, mientras que el resto del mercado español pasó a suponer el 55% del volumen de negocio. Entre su cartera de clientes figuraban algunas multinacionales implantadas en España. En 2016 inauguró oficinas en Madrid y un laboratorio de materiales en Silvota (Llanera) y potenció su oficina técnica en este mismo emplazamiento.

Procoin Industrial, que opera en Chile y que no está afectada por la crisis de su accionista Procoin, es una alianza al 50% de este grupo y de Tradehi Inversiones, de Moisés Álvarez del Valle.