Arcelor-Mittal obtuvo el pasado año un beneficio neto de casi 3.670 millones de euros, lo que supone un 157% más que el año anterior. Las fábricas asturianas contribuyeron a ese crecimiento con una mejora de los resultados y de los márgenes, pero desde la multinacional se alertó ayer de que la división de productos largos (alambrón y carril) registró pérdidas y que "la posición competitiva del conjunto de las plantas asturianas se está deteriorando" en relación con otras del grupo, incluso dentro de Europa.

Durante 2017 Arcelor-Mittal mejoró, a nivel global, todas sus grandes números con respecto al año anterior. La cifra de negocio creció un 21%, hasta superar los 55.100 millones de euros, mientras que el resultado bruto de explotación (Ebitda) mejoró un 34%, hasta superar los 6.700 millones. La producción de acero bruto alcanzó las 93,1 millones de toneladas (el 2,5% más) y las expediciones de productos siderúrgicos los 85,2 millones de toneladas (el 1,5% más).

"El efecto combinado de la mejora de la coyuntura de mercado y la materialización de nuestros objetivos estratégicos (el plan de mejora de productividad "Action 2020") contribuyó a la obtención de resultados anuales satisfactorios", señaló Lakshmi Mittal, presidente de Arcelor-Mittal, que añadió que la empresa está centrada en reduir el endeudamiento, pero también está "invirtiendo de forma selectiva en oportunidades que reforzarán las bases para la creación sostenible de valor". Arcelor prevé invertir este año 3.064 millones, un 26% más que en 2017. Mittal afirmó que "el mercado se mantiene favorable", aunque advirtió de que sigue latente el problema de la sobrecapacidad de producción en países como China y el de competencia desleal en el mercado de acero.

Europa contribuyó de forma notable a la mejora de los resultados de la multinacional a nivel global, al registrar un incremento del Ebitda de más del 42% (hasta 2.858 millones de euros), y las plantas de Asturias mejoraron "tanto los resultados como los márgenes operativos", señalaron fuentes de la multinacional. Sin embargo, la mejora no está al nivel del de otras plantas europeas, según precisaron las mismas fuentes, que apuntaron que "la posición competitiva de las plantas asturianas se está deteriorando".

Los problemas se localizan principalmente en la división de productos largos, que incluso ha registrado pérdidas en el ejercicio de 2017. Desde la compañía señalaron que esta división estuvo penalizada, por un lado, por la subida de los precios del mineral de hierro -lo que resta competitividad a las plantas asturianas frente a otras de productos largos con hornos eléctricos que utilizan principalmente como materia prima chatarra y no arrabio-; por otro lado por problemas de fiabilidad, registrados por desajustes en la producción tras la puesta en marcha de mejoras -como en el caso del tren de carril- pero también por averías y paradas imprevistas por fallos de control en las operaciones, y finalmente por la situación del propio mercado de largos, que no es muy boyante.

A los problemas de la división de productos largos se suma un descenso en la cartera de pedidos del tren de chapa gruesa. Todos esos factores hacen que, a pesar de que el conjunto de las instalaciones asturianas consiguen beneficios -encabezadas por líneas como la de galvanizado- en la dirección de la multinacional en España haya preocupación. "El caballo de batalla es la mejora de la fiabilidad. Con ella aumentaría la productividad, eso haría que mejoren los costes del producto y el resultado sería un aumento del margen operativo de las plantas", señalaron fuentes de Arcelor, que destacaron la importancia de que las plantas asturianas estén bien situadas no sólo frente a la competencia exterior sino también frente a la interior, la de otras plantas de la multinacional.

Durante el pasado año el resultado bruto de explotación (ebitda) por tonelada fue de más de 64 euros en el conjunto de Arcelor-Mittal, mientras que en las plantas asturianas no llegó a los 50 euros, destacaron fuentes de la compañía. Al no alcanzar esa barrera, los trabajadores de las factorías de Avilés, Gijón y el parque de carbones de Aboño vinculados a convenio no cobrarán la prima del 0,5% de subida salarial. Desde los sindicatos se critica que la empresa no aporte datos precisos del incumplimiento del objetivo.