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Los sindicatos achacan a factores ajenos al personal las pérdidas en Arcelor Gijón

Las centrales destacan los efectos de la subida del mineral de hierro, de los ajustes técnicos por las inversiones y del proteccionismo de Trump

La máquina de corte del tren de carril de Gijón. ÁNGEL GONZÁLEZ

Los sindicatos en Arcelor-Mittal señalaron ayer que el deterioro de la competitividad de las plantas de Asturias y las pérdidas registradas en el negocio de productos largos anunciadas por las multinacional están vinculadas, "si se confirman", a factores ajenos a la plantilla. Apuntaron que se pueden deber a desajustes en las plantas en las que se han introducido mejoras, al incremento del precio del mineral de hierro e incluso a las medidas proteccionistas aplicadas por el Gobierno de Trump en Estados Unidos.

Arcelor-Mittal presentó el miércoles unos beneficios globales en 2017 de casi 3.670 millones de euros, el 157% más que el año anterior. En Europa también mejoraron notablemente las cifras, con un incremento del resultado bruto (Ebitda) de más 42%, hasta 2.858 millones. Arcelor-Mittal aún no ha difundido los resultados del cluster Asturias, pero fuentes de la multinacional adelantaron que se ha producido "un deterioro" de la competitividad de las fábricas de la región (que no llegan a los 50 euros de Ebitda por tonelada cuando la media del grupo supera los 64 euros) y, además, la división de Largos, que incluye los trenes de alambrón y carril de Gijón, registró pérdidas en 2017 por factores externos como el precio del mineral de hierro e internos como problemas de fiabilidad.

Los sindicatos señalaron ayer que la multinacional aún no les ha presentado los resultados del clúster Asturias de 2017 -hay prevista una reunión para la próxima semana- e incluso los del tercer trimestre del pasado año. "Hemos presentado una denuncia ante la Inspección de Trabajo por ocultación de información", señaló José Manuel Castro, secretario general intercentros de CC OO en Arcelor-Mittal, que afirmó que en julio el asturiano José Manuel Arias, jefe de división de Arcelor-Mittal en el Suroeste de Europa, había destacado que la situación de Largos en Asturias "era preocupante y que había que aplicar planes de mejora". Castro apuntó que responsables de Largos en Europa visitaron en dos ocasiones las instalaciones de Gijón en los últimos meses "pero nadie nos ha comunicado ningún plan y si tan mala es la situación no entendemos el motivo por el que se han dejado pasar los meses sin hacer propuestas para enderezar el rumbo".

Raul Cueto, secretario general de UGT en Arcelor-Mittal Avilés, se mostró "sorprendido" al ver cómo la multinacional vincula el deterioro de la competitividad con problemas de fiabilidad de las plantas asturianas. "En el último comité europeo de la compañía se había afirmado que los problemas de Largos estaban vinculadas a factores externos como el encarecimiento del mineral de hierro (que penaliza a instalaciones siderúrgicas integrales como las asturianas que utilizan arrabio frente a las de hornos eléctricos que utilizan chatarra) o a factores internos como los ajustes por las inversiones de mejora que se han acometido en instalaciones como el tren carril", apuntó Cueto. A esos factores ajenos a la plantilla, Castro añadió "el descenso de inversión pública en ferrocarril, que afecta a la demanda del tren de carril, y a las medidas proteccionistas del Gobierno de Trump que afectan al alambrón producido en Veriña".

La competencia

A los sindicatos les cuesta creer que la situación de las instalaciones asturianas sea preocupante "porque hace un año estábamos en competitividad por encima de las plantas de Gante (Belgica) y Dunkerque (Francia), las otras joyas de la corona de Arcelor en Europa y en enero el TBC (tren de bandas en caliente) de Avilés batió récord de producción", señaló Cueto. "Ni las plantas asturianas son una ONG ni Mittal un mecenas, por tanto si está invirtiendo es Asturias es porque las plantas son rentables", afirmó Castro. "Con el esfuerzo que está haciendo la mayoría de la plantilla para cumplir los planes de productividad cuesta creer los resultados de los que hablan", apuntó Segismundo Lorenzana, dirigente de USO en Arcelor-Mittal.

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