Duro Felguera ha puesto ya en marcha el proceso de sondeo del mercado para intentar captar los 100 a 125 millones que se ha comprometido a reclutar en una ampliación de capital que se llevaría a cabo en paralelo a la reestructuración y refinanciación de su deuda por la banca. Aun con divergencias internas en los últimos tiempos en el consejo de administración con los accionistas de referencia (grupos Álvarez Arrojo y Arias) sobre la estrategia a seguir, la dirección de la compañía sigue adelante en sus planes para reflotar el grupo y eludir el riesgo de incurrir en proceso concursal. Duro ha contratado a la compañía Fidentiis Equities como asesora en la operación de ampliación y para detectar la receptividad de los inversores. Fidentiis se dedica a identificar oportunidades de inversión para grupos institucionales.

El consejo analizó la propuesta de refinanciación de la banca acreedora, que está dispuesta a condonar 235 millones de los 320 millones de la deuda financiera actual (que se reduciría así a 85 millones), aportar 25 millones mediante deuda subordinada que contabilizaría como capital pero que sólo sería canjeable por acciones en caso extremo (y por un máximo del 6% de los títulos de la sociedad) y conceder avales por un importe de 100 millones para que Duro pueda pujar por nuevos contratos. El consejo sigue adelante con estos planes y con su compromiso de ampliar capital y acometer ajustes, reorganización interna y venta de activos. La ampliación de capital por 100 ó 125 millones diluiría la posición de los actuales accionistas. El 100% de Duro vale actualmente en Bolsa sólo 65,76 millones. Ayer llegó a remontar por tercer día consecutivo, con una subida del 6,9%, aunque al cierre acabó cayendo el 2,72%.

El consejo no abordó ayer el análisis de los resultados del pasado ejercicio, cuya formulación ha sido postergada, previa autorización de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), hasta el 9 de marzo como fecha límite. La dirección pretende aflorar pérdidas cuantiosas (asumiendo como quebrantos cuantías que el grupo reclama a clientes en diversos países) para hacer un ejercicio de clarificación que favorezca la entrada de nuevos inversores.

El inversor asturiano Blas Herrero, que se había mostrado dispuesto a concurrir en rescate de Duro, mantiene la cautela y supedita cualquier posible operación a diversas condiciones que había preestablecido, entre ellas que una consultora independiente (caso de la estadounidense Jacobs Engineering Group) audite la totalidad de los proyectos para prevenir potenciales desviaciones de costes, la contratación de un consejero delegado con proyección internacional y la implicación de la banca acreedora en el capital.

La ampliación de capital por 100 millones -que se pretende acometer con rapidez para eludir una hipotética situación de causa de disolución si las pérdidas de 2017 colocasen a la sociedad en situación patrimonial negativa- precisará la convocatoria de una junta general de accionistas. La asamblea del año pasado facultó al consejo para ampliar capital pero por un importe inferior al que ahora se precisa.

Durante la reunión ayer del consejo, trabajadores de la ingeniería se concentraron ante la sede de la sociedad en Gijón convocados por el comité y los sindicatos en defensa del empleo y de la viabilidad del grupo, y en contra de que los dos mayores accionistas pudieran volver a plantear al consejo la opción de acogerse al concurso voluntario. Esta alternativa ya fue rechazada al menos dos veces por la mayoría de los consejeros y tiene en contra al equipo directivo, la plantilla, el comité, los sindicatos y los bancos acreedores. Durante la concentración, un grupo de trabajadores exhibió una pancarta de la sección sindical de CC OO con el lema "Familias Arrojo y Arias: estamos vigilantes".