El director de la división para el Suroeste de Europa en Arcelor-Mittal, el asturiano José Manuel Arias, advirtió ayer a la plantilla de la multinacional en Asturias que es el momento de tomar medidas que palíen la mala situación que atraviesan los talleres de Veriña (Gijón). El objetivo es mejorar su competitividad urgentemente y producir de forma más eficiente, ya que las pérdidas "no son soportables". El momento, además, es especialmente delicado.

La dirección global que encabeza Lakshmi Mittal ha hecho una apuesta "muy fuerte" con la compra de la planta italiana de Ilva, el mayor complejo acerero del continente, y existe el riesgo de que el departamento de Competencia de la Unión Europea (UE) obligue a Arcelor a deshacerse de alguna de sus otras instalaciones para no incurrir en posiciones de monopolio. En ese contexto, Arias instó a los sindicatos a no seguir perdiendo competitividad para evitar que las plantas asturianas salgan dañadas en ese proceso. "Nos han dicho que o nos movemos rápido o no salimos en la foto", señaló un sindicalista al acabar el encuentro con el directivo.

Arcelor envió ayer a la Comisión Europea una propuesta de medidas y concesiones para reducir el riesgo de que la compra de Ilva coloque a la siderúrgica en posiciones excesivamente preeminentes en varios productos. Lo que no ha trascendido es el contenido de la propuesta. La siderúrgica comunicó hace unos días a los sindicatos su intención de deshacerse de la planta italiana de Piombino, especializada en productos planos. Pero se sospecha que esa medida podría no ser suficiente y que el organismo de Competencia exija más desinversiones. Fuentes de la siderúrgica apuntaron que "esperamos que nuestra propuesta satisfaga cualquier preocupación". Antes de decidir, Bruselas consultará su opinión sobre la operación de Ilva a otras empresas que puedan verse afectadas por la operación y a los clientes.

Otras fuentes matizaron que las medidas a tomar podrían no ser tan inmediatas y que se esperaría a que Arcelor tome el control de la planta italiana y realice las inversiones medioambientales que ha prometido. Competencia hará pública su decisión el 19 de abril, después de estudiar con detenimiento la nueva propuesta. La oferta de la siderúrgica por la planta italiana, en manos del Estado, alcanza los 1.800 millones.

Mientras eso llega, José Manuel Arias instó a los sindicatos a facilitar que se realicen cambios para mejorar la productividad de los talleres asturianos, que se están quedando rezagados. Entre ellos están el tren de chapa, el de carril, el de alambrón y la acería de Gijón. Todos los problemas están concentrados en Veriña. "Nos insistió en que hay que moverse rápido, porque ahora no somos un sitio atractivo para hacer inversiones", señaló uno de los dirigentes consultados. Otro añadió: "Ilva puede poner en algún que otro problema a las plantas asturianas, pero todo dependerá de la decisión que anuncie Competencia. Antes tenemos que hacer los deberes".

En competitividad, las plantas asturianas han ido perdiendo puestos durante los últimos meses, quedando rezagadas en comparación con otras instalaciones del grupo. En la actualidad están por detrás de las de Gante (Bélgica), Dunkerque (Francia) y Bremen (Alemania).

La fusión de los negocios europeos de otros dos gigantes del acero, los de la india Tata Steel y la alemana Thyssenkrupp, añade presión y puede provocar que las autoridades de Competencia pongan más problemas de los inicialmente previstos.

La dirección de Arcelor y los sindicatos ya llegaron a un acuerdo el jueves para activar un plan de trabajo que permita elevar la producción en la acería de Gijón hasta el millón de toneladas. Ambas partes tienen hasta el 31 de marzo para sellar un pacto definitivo.