Acerlor-Mittal está dispuesta a vender y deshacerse de alguna de sus plantas europeas para cumplir con los requisitos que le puedan imponer las autoridades de Competencia de la Unión Europea (UE) como requisito para hacerse con Ilva, el mayor complejo acerero de Europa, situado en el sur de Italia. La multinacional envió esta misma semana una propuesta de posibles desinversiones a Bruselas, una oferta para reducir el riesgo de que un aumento de posición dominante en el mercado europeo pudiera obstaculizar la apuesta italiana del coloso siderúrgico.

La decisión final de Bruselas podría demorarse hasta finales de mayo. El anuncio de posibles desinversiones, unido a la mala situación que atraviesan los talleres de largos de la multinacional en Asturias, ha causado gran preocupación e intranquilidad entre los trabajadores de Arcelor en la región.

En el dossier que ha remitido Arcelor a la UE se incluye que la empresa está dispuesta a vender instalaciones de toda Europa, según desveló ayer la agencia "Reuters". La compañía se limitó a apuntar: "Entendemos que este paquete de medidas estará sujeto a las pruebas pertinentes, pero esperamos una resolución rápida". La apuesta de la siderúrgica por Ilva es clara, decidida y estratégica. Tanto que va a pagar 1.800 millones por la planta. Así lo manifestó está semana el director para el Suroeste de Europa de la multinacional, el asturiano José Manuel Arias, en un encuentro con los sindicatos, a los que llegó a asegurar que Arcelor hará "lo que haya que hacer" para comprar Ilva, "cueste lo que cueste", según la versión de los presentes. La compañía controlada por la familia Mittal quiere con esta inversión entrar de lleno en el mercado italiano, singularmente para abastecer de acero a la potente industria de fabricación de automóviles del país.

En Asturias, preocupa que las autoridades de competencia puedan poner problemas adicionales, ya que la fusión de los negocios europeos de la alemana Thyssenkrupp y de la india Tata Steel han reducido aún más el número de actores protagonistas en el mercado europeo del acero, con lo que es más fácil que Arcelor puedan incurrir en posiciones de monopolio.

Los trabajadores temen que la operación pueda repercutir en Asturias, especialmente en Veriña (Gijón). Los talleres de largos (carril y alambrón) registraron unas pérdidas por valor de 23 millones el año pasado. A ello se unen las dificultades por las que atraviesa el tren de chapa. Pese a la mala situación de estas instalaciones, el resto va viento en popa. Las ganancias en los talleres de planos (220 millones) lograron compensar el año pasado con creces los números rojos de Gijón.

En la carrera de fondo a la que Arcelor ha sometido a sus plantas, las asturianas van perdiendo posiciones, lastradas por la mala situación de los talleres gijoneses. "Las fábricas del norte de Europa están registrando unos números positivos respecto a las nuestras, con lo que tenemos que coger el tono", aseguró José Manuel García, responsable de UGT en la factoría de Veriña. Por coger el tono los sindicatos entienden que habrá que hacer una reordenación de los talleres que están en pérdidas para hacerlos más eficientes y productivos. "Yo también le planteé a Arias que es necesario hacer inversiones en el tren de chapa para modernizarlo, llevan 35 años sin hacerlo", asegura el sindicalista. El problema es que en Ilva hay un taller como el asturiano que es capaz de producir 1,4 millones de toneladas de chapa al año. El de Asturias sólo fabrica 400.000.

El portavoz de CC OO en Arcelor, José Manuel Castro, señaló que no conviene perder la perspectiva, ya que en Asturias el problema está muy focalizado en unos pocos talleres. "El grupo en Asturias sigue ganando mucho dinero con sus instalaciones asturianas", señaló. También instó a la dirección de la multinacional a que se siente a negociar las mejoras y las reordenaciones que quiere implantar la empresa en la región. "Lo ideal sería ponerse ya a discutir lo que hay que hacer y dejarse de advertencias", apuntó. El responsable de USO, Segismundo Lorenzana, resaltó que conviene no "descolgarse". Aunque también hay una parte de la plantilla que ha vinculado estas presiones a que se acerca la negociación del nuevo convenio colectivo.

También el Gobierno asturiano aseguró que está "muy pendiente" y "confiado" en que Arcelor mantenga las inversiones que tiene previsto realizar en Asturias. Entre ellas figuran la segunda parte de la ampliación de la acería de Avilés y la reforma de uno de los hornos altos de Gijón. El consejero de Presidencia, Guillermo Martínez, afirmó que "estamos confiados en que las inversiones se mantengan y que, por lo tanto, Arcelor mantenga no sólo la actividad, sino también esa inversión que tiene previsto hacer". El consejero de Empleo, Isaac Pola, apuntó que en largos hay que tomar las medidas necesarias para reposicionar esa producción.