El empresario asturiano Blas Herrero no participará en la proyectada ampliación de capital de Duro Felguera y la semana próxima se reunirá con la banca acreedora de la ingeniería asturiana para plantearle como alternativa una última propuesta para el rescate del grupo. De no ser aceptada, el inversor se retirará de las conversaciones.

Herrero propondrá a la banca un plan de salvamento de Duro, que pasaría por la toma del 51%, la conversión de la totalidad de la deuda financiera bruta del grupo (más de 362 millones) en capital, con la incorporación de los bancos al accionariado de la sociedad (suscribiría el 46%); y la inyección por los bancos y los nuevos inversores liderados por Herrero de 250 a 300 millones entre capital y líneas de crédito, más la aportación de avales por 350 millones. Herrero reclamará la sustitución del equipo gestor (aportaría un grupo directivo del sector y que cobraría en función de resultados) y la involucración de las instituciones, la empresa y los sindicatos.

Duro ha declarado unas pérdidas en 2017 de 254 millones y una posición patrimonial negativa de 164,8 millones, lo que es causa legal de disolución de la sociedad salvo que restablezca su reequilibrio patrimonial. La compañía ha anunciado con ese fin una ampliación de capital por un importe de 100 a 125 millones. A cambio, la banca se compromete a hacer una quita de 235 millones de deuda (quedaría en 85 millones), dar 25 millones en liquidez y otorgar 100 millones en avales.

Herrero considera insuficiente este plan. Prevé posibles desviaciones en los 19 proyectos en ejecución, un coste elevado del ajuste laboral en estudio y contingencias como el acta que la Agencia Tributaria abrió a Duro por 123,4 millones. Duro "no considera probable que tenga que satisfacer importe alguno por este concepto", dijo en su comunicación de resultados de esta semana.

Herrero y sus socios consideran que Duro va a necesitar 8 a 10 años de apoyo de los accionistas sin reparto de dividendos, y que se la dote de fortaleza financiera para soportar posibles pérdidas en uno o dos años hasta que restablezca sus altos niveles de contratación de antaño.

La gijonesa María Teresa Fano, que presentó la segunda demanda de concurso necesario contra Duro, desistió dos días después de su recepción en el juzgado, por lo que su titular la ha archivado. El juez se pronunciará en días sobre una demanda anterior, cursada por la concursada ITK. Duro cayó ayer otro 10,77% en Bolsa y cerró en 0,203 euros.