En un día como el de hoy, en el que cientos de miles de personas salen a la calle a defender no solo unas pensiones dignas, sino la misma pervivencia del sistema público de pensiones, desde el PSOE y la FSA-PSOE queremos sumarnos a un grito que hacemos propio. Esta posición no es mera retórica, tampoco es nada coyuntural o pasajero porque, en la España de los últimos 40 años, hablar de pensiones es hablar de PSOE, y nadie puede reprocharnos nada o darnos lecciones. Fueron gobiernos socialistas los que modernizaron el sistema y universalizaron y dignificaron las pensiones. Por eso el partido socialista es garantía para un sistema público de pensiones, su continuidad y sostenibilidad en el tiempo.

La lucha por unas pensiones dignas no solo afecta a 300.000 pensionistas en Asturias, sino también a los trabajadores activos que queremos generar y ganarnos el derecho a poder percibir una pensión digna en el futuro.

Hoy, sin embargo, todo está en peligro porque a la derecha demuestra que no le importa el sistema público de pensiones. Y no le importa porque creen que, precarizando el sistema, éste será más accesible a los fondos privados de pensiones. Los partidos de la nueva derecha, Ciudadanos, y de la vieja derecha, el PP, comparten objetivos, aunque a veces difieran en los medios. Es en este punto donde a los socialistas nos corresponde apostar, como ya hemos hecho cuando hemos gobernado, por un sistema público de pensiones que constituye la pieza más importante de nuestro Estado del bienestar, como plasmación de una acción solidaria y redistributiva, garante de la cohesión social.

Desde 2012, la política que ha llevado a cabo el Gobierno del PP amenaza seriamente este conjunto de prestaciones sociales públicas. Se está amenazando su sostenibilidad financiera incidiendo en el desequilibrio entre ingresos y gastos. Tal circunstancia ha llevado al Gobierno a recurrir al Fondo de Reserva, conocida coloquialmente como "hucha de las pensiones", en el que ha dilapidado más de 62.000 millones de euros acumulados en los años de bonanza. Con esta actuación se está atacando directamente la sostenibilidad del sistema a medio plazo y se incurre, año tras año, en un déficit que ya alcanza los 15.000 millones.

El Gobierno de Rajoy amenaza también el sistema de pensiones al endurecer las condiciones para acceder a la jubilación anticipada. Por un lado, con el nuevo mecanismo de revalorización de las pensiones, que se desvincula de la garantía del poder adquisitivo y condena a los pensionistas, con un mísero e inaceptable incremento del 0,25%, a un progresivo empobrecimiento. Por otro lado, con la introducción del factor de sostenibilidad a partir del 1 de enero de 2019, que generará que haya pensiones menguantes en función de la evolución (previsiblemente al alza) de la esperanza de vida.

Resulta particularmente grave que la actuación del Gobierno del PP en esta materia esté marcada por la unilateralidad, pese al rechazo frontal de todos los grupos políticos de la oposición y de los sindicatos. Pero, además, resulta grave que se haya producido la quiebra de un doble cauce de diálogo: el del Pacto de Toledo y el del acuerdo social.

En este punto, somos los socialistas los que nos estamos comprometiendo en la defensa de la Seguridad Social y del sistema público de pensiones. Y afrontamos la consecución de ese objetivo a través del triple compromiso de recuperar la centralidad del Pacto de Toledo, el compromiso social y el compromiso jurídico-constitucional.

En lo que se refiere a la sostenibilidad financiera, queremos corregir el actual desequilibrio en las cuentas de la Seguridad Social sin merma de derechos para la ciudadanía, pero también queremos hacer frente a la intensificación del gasto en pensiones en el medio y largo plazo provocado por el progresivo incremento del número de pensionistas que ha resultado como consecuencia de la jubilación de la generación del baby boom y del alargamiento de la esperanza de vida.

Los socialistas proponemos cinco medidas básicas para garantizar la sostenibilidad financiera del sistema de pensiones. En primer lugar, queremos descargar al sistema de la financiación de los gastos que escapan de la lógica contributiva. En segundo lugar, proponemos aumentar los ingresos con impuestos a la banca y a las transacciones. En tercer lugar, deseamos cambiar el sistema de cotización para que, quienes más ganan, sean también quienes más contribuyan. En cuarto lugar, planteamos aumentar los medios en el sistema de inspección para evitar el fraude a la Seguridad Social, y la quinta medida que proponemos es alcanzar un pacto de rentas que permita mejorar los salarios para que también aumenten las cotizaciones, porque sin salarios dignos tampoco habrá pensiones dignas.

Queda mucho por decir, como que las pensiones de las mujeres son en la actualidad un 38% inferiores a las de los hombres, que las pensiones de viudedad o las mínimas no alcanzan el salario mínimo y que las pensiones de incapacidad en los menores de 55 años se han convertido en un foco de pobreza. Sin embargo, con lo que hemos expuesto queda clara nuestra solidaridad y, lo que es más importante, nuestro compromiso: el compromiso socialista.