Los empresarios ibicencos no lo tienen fácil este año para contratar mano de obra de cara a la temporada que se avecina, ni siquiera ofreciendo alojamiento. Si el año pasado ya lo tuvieron complicado, este aún más: «Hay restaurantes que esta Semana Santa no podrán abrir porque no encuentran personal», avisa Joan Riera, presidente del sector de la Restauración de la Pimeef. El colmo es el caso de un empresario con restaurante en Platja d'en Bossa que no halla alojamiento para su plantilla pese a que, además, regenta una inmobiliaria.

Este problema, acentuado este año, lo empezó a divisar Raúl Benito, jefe de Recursos Humanos del grupo Palladium, en 2013, cuando «tanto el incremento de los precios de la vivienda como el repunte del empleo en la Península empezó a complicar el mercado a la hora de captar trabajadores en Ibiza». Los primeros afectados fueron «los trabajadores de línea (sin excesiva cualificación); aquellos que tienen salarios más bajos fueron los primeros que abandonaron la isla debido a la subida de los alquileres y a que empezó a recuperarse el empleo en España». Pero hace dos años hubo una nueva vuelta de tuerca: «Empezó a afectar a la gente cualificada y a los jefes de los departamentos».

Como indica Ángeles Nogales, gerente de Fomento del Turismo y empresaria hotelera, «hablas con alguien para contratarlo y todo se desmorona cuando tratas el tema de la casa. Entonces deciden quedarse donde están. Para pagar esos alquileres prefieren ir a trabajar a Benidorm o a Málaga», donde hay buenos sueldos y los inmuebles aún se alquilan a precios razonables.

Ibiza ya no es un chollo laboral

Así que venir a trabajar a Ibiza ya no es un chollo. Muchos se lo piensan: «Este invierno -cuenta Nogales-, un hotel necesitaba un jefe de mantenimiento, que no había en la isla. La oferta laboral incluía alojamiento, pero las diversas personas interesadas de la Península lo rechazaron. ¿Por qué? Porque hemos creado la imagen de que la isla es muy cara. La gente prefiere vivir con 800 euros en la Península antes que aquí con 2.000 euros».

La zanahoria del piso incluido ya ni siquiera es atractiva: «Los hoteleros se están encontrando este año con que no hay la misma fluidez que en 2017 para encontrar trabajadores. El año pasado había mucho donde escoger, pero este no hay tanto personal. Hay empresarios que están teniendo problemas para la contratación», alerta Juanjo Planells, presidente de los hoteleros de la bahía de Portmany.

Mejor la casa que los idiomas

De eso se ha percatado la gerente de Fomento: «Hace una semana y media puse un anuncio en Diario de Ibiza para contratar a tres camareras de piso para un hotel: sólo he recibido tres currículums, que no tienen por qué ser apropiados».

La cuestión de la vivienda es un serio obstáculo para completar las plantillas. «Participé -cuenta Nogales- en el 'Santa Eulària se'n ocupa' la semana pasada: la ventaja prioritaria para quienes buscaban empleo era tener vivienda. Era lo primero que preguntábamos los empresarios. El alojamiento ha pasado a tener más importancia que los idiomas o la capacitación profesional». Lo reconoce Alfonso Rojo, presidente de la Pimeef: «Lo primero que hacemos los empresarios al mirar un currículum es comprobar que tiene vivienda, aunque posea un perfil con experiencia. Ellos vienen con ganas de trabajar, pero nosotros sabemos lo que les sucederá: es más fácil que encuentren trabajo que una casa».