Carlos Paniceres, nacido en el pueblo de Priandi (Nava) en 1969, optará a la presidencia de la Cámara de Comercio de Oviedo en el proceso electoral que está en marcha desde este mes. Recién nombrado también vicepresidente de la patronal FADE, es consejero delegado de Transportes Integrales Sanitarios de Asturias (Trasinsa), grupo que gestiona el servicio de ambulancias de la sanidad pública en toda la región y resultante de una integración de siete sociedades que pilotó el propio Paniceres hace 19 años. En esta entrevista opina, entre otros asuntos, sobre una posible fusión de las Cámaras de Oviedo, Gijón y Avilés.
- ¿Qué le mueve a presentar su candidatura al liderazgo de la Cámara de Oviedo?
-Se alinearon varias circunstancias. Hace meses no estaba en mi mente plantearme algo así. Entre otras cosas no sabía que Fernando Fernández-Kelly, con quien me une la amistad, no iba a concurrir a la reelección. Si lo hubiera hecho yo no me hubiera presentado. Por otro lado, en el contexto de las elecciones de la FADE conocí a Belarmino Feito y empezamos a colaborar. En medio de esas circunstancias, Fernando me planteó si estaría dispuesto a asumir el reto de la Cámara. Lo hablé con Belarmino, ya elegido en FADE y que me había nombrado vicepresidente. Lo vio bien, en particular porque hay un proyecto de alineación empresarial en Asturias al que tenemos que contribuir entre todos, para unificar esfuerzos. Asturias es lo que es y su mundo empresarial es el que es, y a veces dispersamos muchas energías y esfuerzos. Influyeron esas variables y también el desafío personal de participar en nuevos retos.
- ¿Es esa alineación de la representación empresarial el eje central de su propuesta?
-Es una línea general que defendemos dentro del equipo de FADE. A veces en un mismo sector hay cuatro o cinco asociaciones. Los empresarios tenemos que dar ejemplos de simplificar, de aunar esfuerzos y de hacer estructuras que sean más eficientes y sostenibles. En la Cámara de Oviedo, después de una etapa muy compleja en la que se ha hecho un importante esfuerzo de estabilización presupuestaria, el reto ahora es, diría, ir a una modernización desde la continuidad de la institución. Necesitamos por ejemplo que la Cámara se abra más a la sociedad, que sea un lugar de encuentro para los empresarios.
- ¿Habla de crear más servicios?
-De eso y de que haya más conocimiento de la institución. Que el empresario se acerque a la Cámara entendiendo que es suya, que los locales sean para uso de los empresarios, no un edificio del pasado o sólo para los empleados. Y hay que reforzar cuestiones muy importantes, como el apoyo a los emprendedores jóvenes y todo lo que tenga que ver con la mujer emprendedora. Necesitamos más empresarias y directivas. También es importante impulsar la corte de arbitraje que ya existe. A menudo los pleitos son eternos y muy costosos para las empresas.
- Asturias sigue quedando mal en las encuestas sobre emprendimiento. En la apariencia demoscópica y estadística tenemos menos iniciativa empresarial y más miedo al fracaso que el resto de españoles?
-Las cosas están cambiando. Es curioso, porque sabemos que hay jóvenes asturianos que salen fuera de Asturias y que están abriendo negocios. A veces aquí tenemos una visión, no se sí decir cainita o cerrada, que nos hace infravaloramos respecto a los demás. Pero existe un cambio cultural y generacional claro. La Asturias que conocíamos está en plena transformación y debemos intentar desde las instituciones fomentar ese espíritu. También dignificar la figura del empresario. Tanto FADE como la Cámara y desde la Administración debemos conectar más con la Universidad, de forma que animemos más a los jóvenes a ser empresarios. El principal reto de Asturias es tener más empresarios y que generen más puestos de trabajo. Sin ninguna duda.
- ¿La Administración hace lo suficiente?
-Una de las cuestiones que ha funcionado en la Cámara es la ventanilla única. Es un proyecto que sigue, aunque quizás no con el impulso del principio porque antes había un apoyo más decidido de la Administración. Es preciso potenciar ese servicio. Mantener las antenas camerales en las distintas comarcas ha sido importante también.
- ¿Resulta la fiscalidad autonómica un inconveniente serio para hacer empresa en Asturias o no es para tanto?
-Las reglas de juego deberían ser iguales para todos. En asuntos como el impuesto de sucesiones, que tanto preocupa en Asturias, el Estado debe marcar unas reglas comunes que eviten las desigualdades. Estamos viendo cómo a nivel europeo se va hacia la armonización fiscal; no tiene sentido que luego dentro de España se creen agravios comparativos entre comunidades autónomas.
- La división marca la acción política en el Principado. ¿Obstaculiza la recuperación?
-El mundo político es muy complejo. Hemos vivido un momento de crisis económica, junto con un problema de escándalos de corrupción y desprestigio de lo público. Algo que no es bueno para un sistema democrático. ¿Qué pediría yo? Un poco más de altura de miras. No es bueno que no consigamos sacar adelante los presupuestos del Principado, los del Ayuntamiento de Gijón o que tampoco los tengamos por ahora en el Estado. En todas las opciones políticas hay diferencias, pero debe haber puntos de consenso por el interés general. Lo acabamos de ver en Alemania. Hemos de hacer más hincapié en lo que nos une que en lo que nos separa. En el fondo todos queremos que las instituciones funcionen y que haya estabilidad, porque eso hace que las cosas vayan mejor. Estar más centrados en lo que nos separa no es bueno para nadie, tampoco para los políticos, porque se genera desafección.
- Antes hablaba de simplificar y aunar esfuerzos. ¿Hay que hacerlo también fusionando las tres cámaras asturianas?
-No debe de ser fácil, porque llevamos doce años hablando de esta idea. Para empezar diría que en el empresariado asturiano hay en general bastante apoyo a la idea de aunar esfuerzos. Es verdad también que los localismos a veces nos separan. Como dice nuestro presidente de FADE, eso hay que dejarlo para el fútbol y otros deportes.
- ¿Qué ineficiencias trae la dispersón?
-Un ejemplo: vienen temas como las nuevas leyes de protección datos y de contratación pública, y ves como en la misma semana distintos colectivos organizan charlas y jornadas. Tenemos que ponernos de acuerdo y también especializarnos. Y empezar un camino desde el consenso, no de la imposición, y desde la generosidad. Debemos dar ejemplo a la sociedad en hacer las cosas más sostenibles, en dejar atrás los egos y los localismos y poner por delante el interés común: el servicio que prestan las cámaras. Hay que ir en esa dirección. Y quiero ser optimista: si soy elegido, creo que junto con los otros presidentes que podremos buscar un consenso y avanzar. Hay distintas fórmulas.
- ¿Cuáles?
-No sé si una cámara única o un consejo de cámaras, aunque evidentemente sin crear nuevas estructuras. Hay alguna experiencia en comunidades como la valenciana. Hemos de hacer lo mismo que le pedimos a los políticos: centrarnos en lo que nos une y no en lo que nos diferencia. La palabra sería integración. Y especialización de los equipos profesionales de cada cámara, que ya en cierta manera lo están haciendo.
- Las comunicaciones han sido una preocupación histórica de las cámaras de comercio. ¿Está resuelto lo principal en Asturias?
-Nos preocupa la autopista del mar, el peaje del Huerna, el AVE?Para la Cámara es muy importante también el tema de las conexiones aéreas, con destinos que, como Francfourt, permitan a los empresarios desplazarse y que empresarios que puedan venir se conecten con Asturias.
- Dice Belarmino Feito que es más lógico tener más conexiones para los empresarios que para los viajes de ocio de los ciudadanos?
-Comparto esa idea. Hay que priorizar. Las líneas que hay ahora mismo con Palma de Mallorca o Venecia están fenomenal para que los asturianos puedan viajar, pero debemos preguntarnos también cuántos vienen desde esos destinos a Asturias. Y está el problema eterno que tenemos con los costes de viajar a Madrid, que a veces es más caro que ir a Nueva York.
