La dirección de Arcelor-Mittal y los sindicatos reactivaron ayer las negociaciones para tratar de dar un empujón a la productividad de sus talleres regionales y alcanzar cuanto antes las estrictas directrices que impone el grupo siderúrgico. En el tira y afloja del debate estuvieron el parque de carbones de Aboño (Gijón) y el Tándem 1 de Avilés. La propuesta que puso sobre la mesa la multinacional pasa por amortizar (sin medidas traumáticas; es decir, sin despidos) diez puestos en el taller gijonés y cinco en el avilesino. A cambio, Arcelor se compromete a invertir, en conjunto, un millón de euros para mejorar la automatización del trabajo.

Ambas partes han dejado para hoy algunos de los temas más relevantes. La multinacional ha convocado para esta mañana a los sindicatos para continuar discutiendo el acuerdo de competitividad que se firmó hace unos días en Madrid y que afecta principalmente a los talleres de largos (carril y alambrón) y el tren de chapa, tres instalaciones que están sufriendo un importante bajón de resultados debido a motivos diversos y que la compañía quiere relanzar. Está previsto que en el encuentro la compañía traslade las líneas generales de los objetivos que quiere alcanzar.

Hasta ahora ha trascendido que las plantas asturianas se están quedando rezagadas en la carrera por la productividad a la que Lakshmi Mittal y su hijo Aditya han puesto a competir a las factorías de su grupo industrial. De momento, las plantas asturianas han sido adelantadas por Gante, Dunkerque y Bremen. La dirección regional de la siderúrgica ha urgido a las plantas asturianas a comenzar a remontar puestos.

Pero la carrera está disputándose taller a taller, donde la multinacional está planteando nuevas medidas para allanar ese camino. En concreto, en el parque de carbones de Aboño, donde trabajan 90 personas, Arcelor plantea amortizar (mediante jubilaciones) diez puestos de trabajo. La mitad corresponderían a los operarios que se encargaban de cuidar la cinta que transporta el mineral desde Gijón hasta las baterías de coque de Avilés, que van a ser clausuradas próximamente. A cambio, la empresa se compromete a invertir 250.000 euros en realizar varios automatismos.

Algo parecido se está negociando para el Tándem 1 de Avilés. En este taller la multinacional quiere amortizar cinco de los 45 empleos actuales. Plantea asimismo un desembolso de 800.000 euros en procesos de automatización. La mayor parte de ese dinero irá para comprar una nueva máquina que cortará la bovina que salga del taller. El proceso se hace ahora a mano.

No obstante, la negociación está abierta y los sindicatos confían en reducir el número de los empleos afectados.