La Comisión de Expertos para la Transición Energética apuesta por un encarecimiento del gas del 5,8% y también de los derivados del petróleo, especialmente del gasóleo, que subiría un 28,6%, frente a un alza del 1,8% en la gasolina, a la vez que aboga por abaratar el precio de la electricidad en un 6,8% para el consumidor doméstico, según el escenario manejado. La comisión considera que estas modificaciones son coherentes con la necesidad de electrificar la economía para avanzar hacia la descarbonización y son alcanzables a medio plazo de forma gradual.

El informe apunta a la fiscalidad como una de las herramientas claves para el cumplimiento de los objetivos de cambio climático. Propone sustituir los impuestos actuales por otros que internalicen los daños medioambientales bajo el axioma de que "el que contamina paga", pero incluye tres límites: evitar la deslocalización de la industria sometida a competencia internacional -como podría ser la siderurgia asturiana-, los efectos negativos sobre colectivos sensibles -como agricultores y profesionales del transporte- y la elevación de la presión fiscal.