La administración concursal de la ingeniería gijonesa ITK, actualmente en proceso de liquidación, ha retirado la demanda de concurso necesario que había planteado el 1 de febrero en el juzgado de lo Mercantil de Gijón contra Duro Felguera y su filial DF Operaciones y Montajes invocando una supuesta deuda de 46.857 euros en su condición de subcontratista de Duro. El juez emitió ayer un auto por el que admite el desistimiento unilateral de ITK y archiva el caso sin llegar a pronunciarse sobre el recurso de reposición que interpuso Duro Felguera contra la demanda.

Con este desenlace, Duro supera un escollo más de los muchos que ha ido afrontando en los últimos meses y se ve exenta de todas las iniciativas que se habían planteado por vía judicial para solicitar que se declarase al grupo en situación necesaria de suspensión de pagos.

La retirada de la demanda interpuesta por ITK Ingeniería se suma a la renuncia de una vecina de Gijón que también había reclamado con posterioridad (el 11 de marzo) que Duro fuese declarada en proceso concursal necesario y de cuya pretensión la demandante desistió tres días después.

Los desistimientos de ambas pretensiones liberan a Duro de una amenaza potencial sobre su continuidad cuando el centenario grupo asturiano afronta un proceso de recapitalización, reestructuración de deuda y ajustes internos para intentar su reflotamiento y salir de la delicada situación financiera en la que se halla.

Duro siempre negó la existencia de la deuda que esgrimía la administración concursal de ITK y atribuyó el supuesto impago de 46.857 euros por parte de su filial DF Operaciones y Montajes a "penalizaciones contractuales" en las que habría incurrido ITK en su condición de proveedor y que "superaban", según Duro, el importe reclamado. Adicionalmente, el grupo que preside Acacio Rodríguez alegó en su recurso de reposición que ITK no tenía relación contractual con la matriz de Duro (Duro Felguera SA), por lo que entendía que no cabía la petición de concurso de esta sociedad, y que, en el caso de DF Operaciones y Montajes, su situación es de plena solvencia, por lo que tampoco había lugar, a su juicio, a la petición de ITK.

El archivo del procedimiento judicial despeja una de las incertidumbres que pesaba sobre el centenario grupo asturiano, que está inmerso en meses cruciales para asegurar su supervivencia, una vez que, tras tres años en pérdidas y tras haber declarado en 2017 un resultado negativo de 254,5 millones de euros, ha incurrido en una situación de patrimonio neto negativo y en causa legal, por ello, de disolución. Este mes comenzará a negociar un expediente de extinción de contratos en los servicios centrales de la matriz, el día 15 afronta el vencimiento de la moratoria bancaria (se da por segura su prórroga) y tiene en marcha un plan de refinanciación y recapitalización.