Es casi la una de la tarde y en una de las zonas verdes de la plaza de Begoña de Gijón, Mari Carmen Freitas y Matilde Iglesias aguardan a que den comienzo las intervenciones que pondrán punto final a la manifestación que ayer congregó a más de 10.000 pensionistas en Gijón, según cálculos de la Policía Local. Menos concurrida que la de mediados de marzo, pero de nuevo una de las más numerosas de cuantas se celebraron ayer en el país. Freitas e Iglesias sostienen una pequeña pancarta cada una en la que se lee: "No faltan impuestos, sobre gorrones". La primera asegura que "me siento? -para durante unos segundos para encontrar las palabras adecuadas- degradada", dice finalmente. Al lado, su compañera bromea: "La pensión me ha subido un euro y medio al mes, eso me da para irme de viaje al extranjero". El cabreo del 0,25% volvió a las calles.

Las últimas medidas propuestas por el Gobierno de Mariano Rajoy (subidas de hasta el 3% en las pensiones más modestas) para contener el conflicto de las pensiones no han apaciguado a los miles de jubilados que se manifestaron en distintas ciudades ni a las organizaciones que lideran las protestas. "No vamos a negociar miserias, ni nos valen parches de este Gobierno para un año que no arreglan los problemas que de verdad tienen los pensionistas", señaló el secretario general de UGT-Asturias, Javier Fernández Lanero, antes de que la marcha gijonesa saliera de El Bibio. La presidenta de la Federación de Asociaciones de Mayores del Principado, Dolores Sanmartín, apunto: "Para nosotros este es un problema de dignidad; después de toda una vida de trabajo, la gente mayor no se puede encontrar con esta subida de las pensiones". Y reclamó un impulso mayor para las pagas de viudedad, pendientes de una mejora comprometida en 2011 y parcialmente asumida por el PP en su proyecto de Presupuestos.

Los pensionistas prometen dar más guerra. Lo verbalizó el secretario general de CC OO, José Manuel Zapico: "Lo tenemos claro: ante esta situación, o reparto de la riqueza o conflicto. Basta ya de que cada vez haya más dificultades para llegar a final de mes". El ugetista Lanero cargó contra el Gobierno: "Hay que apostar por un sistema público y no por uno privado acompañado de una mierda de pensiones públicas".

A unos metros de la cabecera de la marcha, Dimas Delmazo y Máximo Cañal, el primero jubilado de la mina y el segundo de Saint Gobain, comentan la jugada. "No se nos pueden dar limosnas a los pensionistas de este país. Esto es un atropello", destaca el primero. A lo que Cañal añade: "Nos conformamos con que no se nos recorte más la pensión".

En la marcha participaron representantes del PSOE, encabezados por el secretario general de la FSA, Adrián Barbón, que pidió luchar por unas pensiones dignas para el presente y para el porvenir, "porque los jóvenes ven con desesperanza el futuro porque nadie les garantiza nada". También hubo representación de Podemos e IU.

En Madrid, donde se celebró una de las marchas más concurridas, Carlos Bravo, dirigente de CC OO, resumió así la situación: "España es un país donde los beneficios empresariales crecen al 5,6%, los salarios al 1,4% y las pensiones al 0,25%".