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El gasto corriente del Principado, mayor que antes de la crisis, devora la inversión

El escaso recorte de la Administración y las prestaciones están obligando a un esfuerzo "insostenible", según los expertos, a costa de renunciar a obras

El gasto corriente del Principado, mayor que antes de la crisis, devora la inversión

El gasto corriente del Principado ya es superior al del inicio de la crisis, pero la inversión sigue cayendo y está en niveles un 70% más bajos. El dato demuestra que la Administración no ha adelgazado, que se ha mantenido la prestación de servicios y que los recortes persisten por la vía de la inversión.

El economista asturiano Ángel de la Fuente, director de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea), acaba de publicar el estudio "Las finanzas autonómicas en 2017 y entre 2003 y 2017", en el que analiza la evolución de los ingresos y gastos autonómicos y el saldo presupuestario del sector desde 2003 (primer año en el que todas las comunidades fueron responsables de la gestión de la sanidad y a partir del cual no ha habido traspasos de gran peso) a la actualidad.

El estudio revela que los ingresos y gastos autonómicos han seguido un patrón "extremadamente procíclico", con fuertes crecimientos en el período de expansión seguidos de profundos recortes en la crisis y de una paulatina y desigual recuperación con la que se ha vuelto en 2017 a una situación similar a la observada en 2003, aunque con un acumulado de deuda mucho mayor. "Si a esto añadimos el que la mejora del saldo presupuestario autonómico registrada en los últimos ejercicios se apoya en parte en factores atípicos, incluyendo fuertes subvenciones a los intereses a través del Fondo de Liquidez Autonómica (FLA) y otros mecanismos de liquidez, sería muy arriesgado relajar la vigilancia sobre las cuentas de las comunidades autónomas y en particular sobre el cumplimiento de la regla de gasto", resume Ángel de la Fuente.

En 2017, todas las regiones, salvo Castilla y León, mejoraron su saldo presupuestario (0,52 puntos porcentuales del PIB) gracias a un fuerte crecimiento de los ingresos pero también a una contribución significativa de las partidas del gasto, que crecen a un ritmo inferior al PIB y por tanto pierden peso. En Asturias el saldo presupuestario fue del 0,17% del PIB regional, pero fue, junto con Galicia, la única comunidad donde bajaron los ingresos (-0,24%) coincidiendo con la aplicación de algunas rebajas fiscales como las aprobadas en sucesiones.

El estudio se detiene en la evolución del gasto real por habitante a precios constantes y en la de sus dos componentes más importantes: la inversión real y el gasto corriente neto. En ese segundo apartado, en el que se incluye la remuneración de los asalariados, la compra de consumos intermedios y las prestaciones sociales, Asturias y País Vasco son las únicas comunidades con niveles de gasto superiores a los del inicio de la crisis. En Asturias, si el gasto corriente neto por habitante de 2003 equivale a 100, en la evolución se aprecia que en 2009 había subido a 136, que en 2013, cuando la crisis tocaba fondo, había bajado a 125 y que en 2017 ya alcanzaba el techo de 138. El informe señala que esta variable "podría ser un indicador razonable" del nivel de prestación de servicios de las administraciones regionales, pero también podría serlo del adelgazamiento o no de la Administración durante la época de crisis, que en el caso de Asturias no ha sido notable.

Pese al aumento del gasto corriente, el gasto total del Principado es 20 puntos inferior al del inicio de la crisis y el recorte lo ha acaparado la inversión. Como en el anterior supuesto, si la inversión de 2013 en Asturias equivale a 100, en 2009 se elevó a 145, en 2013 cayó a 61 y en 2017 se desplomó hasta 41. En el periodo 2009-2017 la caída ha sido del 71% y si se toma como referencia 2003 es la tercera región en la que más ha bajado. El estudio de De la Fuente señala que en otras regiones se observan "indicios de una tímida recuperación" de la inversión en 2017, aunque la situación "sigue siendo preocupante" porque "continúan a un nivel insosteniblemente bajo".

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