A perro flaco todo son pulgas. El tren de chapa de Arcelor en Gijón, que arrastra unas importantes pérdidas, sufrió esta semana una avería que obligará a la multinacional a tener el taller al ralentí durante unos días, produciendo a la mitad de su capacidad. Una parte del sistema refractario de la instalación cayó sobre uno de los dos hornos que utiliza el taller, lo que ha avivado las críticas de los sindicatos por la falta de mantenimiento. Las centrales piden a Arcelor que haga un mayor esfuerzo inversor para tratar de sacar a flote a esta instalación y poner freno a los números rojos que viene registrando desde principios del año pasado.

Los representantes sindicales señalaron que arreglar el desaguisado que se ha generado en el taller llevará cuatro o cinco días. La multinacional ha decidido aplicar el expediente de regulación de empleo (ERE), que mantiene en el congelador y del que tira en situaciones excepcionales como ahora. Los afectados serán 36 trabajadores del área de producción.

La avería llega en un momento muy delicado para esta instalación, sobre la que pende la amenaza de cierre por parte de la compañía debido a las cuantiosas pérdidas que está registrando. Las negociaciones para buscar una solución para sacar a flote el tren de chapa están atascadas después de que la multinacional abandonara las conversaciones cuando, según los sindicatos se estaba a un paso de lograr un acuerdo.

Por otro lado, CC OO cargó ayer contra el recorte que la multinacional quiere aplicar entre el personal de bomberos. "Es de vital importancia mantener la plantilla actual, cualquier merma puede afectar a la rapidez de las intervenciones", señaló el sindicato. Los bomberos se manifestarán hoy a la entrada de la factoría de Gijón.