El Gobierno bolivariano de Venezuela intervino Banesco, el mayor banco privado del país, propiedad del banquero astur-venezolano Juan Carlos Escotet, quien renunció temporalmente a la presidencia de su banco español Abanca, con sede en Galicia, para centrarse en la defensa de su organización en Caracas.

La medida del Gobierno de Nicolás Maduro -que no afecta al resto de los intereses del grupo en otros países (caso de Abanca), que actúan de forma autónoma respecto a la entidad financiera venezolana- tiene un plazo previsto de 90 días y fue adoptada una vez que el fiscal general, Tarek William Saab, ordenó detener a once directivos de Banesco por su supuesta implicación en operaciones con divisas al margen del mercado oficial. Escotet atribuyó la decisión en Twitter a una operación "injusta" con exclusiva motivación política, sin fundamentos legales y con la pretensión de "distraer" la atención sobre los "graves problemas" y "la tragedia" que vive el país.

Escotet, hijo de leonés y de asturiana, y vinculado a Asturias desde niño, estaba en Portugal y anunció que emprendía viaje a Caracas para aclarar la situación con las autoridades.

El grupo Banesco, con bancos en trece países e intereses en otros cuatro, tiene la sede de su "holding" internacional en España, lo que protege a la organización de las vicisitudes de su banco venezolano, que representa el 1% del negocio mundial del grupo. Abanca tiene 700 oficinas (13 en Asturias). El consejero Eduardo Eraña Guerra fue nombrado presidente temporal de Abanca.