Miles de pensionistas volvieron a salir ayer a las calles en diversas ciudades españolas (incluida Oviedo) para reclamar el desmantelamiento integral y definitivo de las reformas del sistema público de pensiones que se hicieron en 2011 y 2013, restituir las condiciones preexistentes y la actualización con el índice de precios, blindar el poder adquisitivo en la Constitución y garantizar prestaciones mínimas equivalentes a lo 1.080 euros que recomienda, dijeron los organizadores, la Carta Social Europea.

El pacto del PP con los nacionalistas vascos, por el que éstos respaldan el proyecto de presupuestos generales del Estado de 2018 a cambio de una subida del 1,6% de todas las pensiones este año (frente al 0,25% previsto en la reforma unilateral del PP en 2013), otro tanto el ejercicio próximo (de no mediar otro acuerdo político en otro sentido), ampliar a 2019 la subida del 3% de las pensiones de viudedad que ya se había concedido para 2018 y aplazar a 2023 la entrada en vigor (prevista inicialmente para el 1 de enero próximo) del nuevo factor de sostenibilidad (que acomodará el importe de las pensiones a la viabilidad del sistema) no ha desmovilizado a los jubilados como pretendía el Gobierno.

Oviedo y otras capitales vivieron una nueva movilización, la tercera en Asturias tras la del 22 de febrero y la del 17 de marzo, convocadas por la Coordinadora Estatal por la Defensa del Sistema Público de Pensiones, y que tuvieron el respaldo de los sindicatos UGT, CC OO y USO, y representantes de diversas formaciones de la izquierda.

En Oviedo se produjeron discrepancias en el inicio de la marcha entre dos colectivos de pensionistas que se atribuyen la convocatoria y la máxima representación de la coordinadora estatal: el colectivo que coordina a diversas plataformas locales (muchas de ellas, presentes en la marcha) y que pretende que se encabece las acciones con las siglas de la coordinadora estatal, y la Asociación de Pensionistas de Asturias (APA), que abrió la marcha con las suyas. En el acto final de la protesta, en la plaza de España, se propició un cierre de filas para evitar la escenificación de divisiones.

Las organizaciones sindicales y las representaciones políticas que se adhirieron mantuvieron en una segundo plano, a la cola de la marcha, aunque exhibieron sus propias banderolas, pancartas y siglas.

Durante la manifestación se exhibieron lemas como "Pensiones públicas dignas ya", "La pensión es un derecho", "Revalorización de las pensiones, atraco perfecto del Gobierno", "Blindemos las pensiones en la Constitución", "No a las pensiones en manos de ladrones", "No parches de pensiones. Solución global", "Que nos devuelvan todo lo que nos quitaron" y otras.

En la lectura del manifiesto final, los convocantes rechazaron por insuficiente y transitoria la rectificación del Gobierno tras el pacto con el PNV, pero la asumieron también como una "gran victoria", aunque aún incompleta, de todos los pensionistas que salieron a la calle en los últimos meses en muchas ciudades españolas.

Las protestas sacaron ayer a las calles a miles de pensionistas en Madrid, Comunidad Valenciana, Extremadura, Galicia, León, País Vasco y otras zonas del país.

La Comisión de Evaluacón y Seguimiento del Pacto de Toledo sobre pensiones celebrará el miércoles su primera reunión después del acuerdo alcanzado por el Gobierno con el PNV, informó Europa Press.