La Comisión Europea ha aprobado este lunes la compra de la italiana Ilva por parte de Arcelor-Mittal, aunque la operación está sujeta a que el mayor grupo siderúrgico mundial venda una serie de activos localizados en Italia, Bélgica, Rumanía, República Checa, Luxemburgo y Macedonia. De esta forma, las plantas asturianas de la multinacional se libran de las desinversiones.

El Ejecutivo comunitario inició en noviembre del año pasado una investigación en profundidad ante la sospecha de que la adquisición podría provocar un aumento de los precios de productos planos de acero laminados en frío y en caliente y galvanizados.

Bruselas determinó que la entidad resultante ostentaría más del 40% del la capacidad de producción de estos productos en el Espacio Económico Europeo (EEE), lo que supondría una cuota de mercado muy superior a la de sus competidores en el bloque comunitario, como Tata Steel, Thyssenkrupp y Voestalpine.

La Comisión Europea también ha examinado el papel de las importaciones de estos tres productos a la UE procedentes de terceros países y ha concluido que "no son un alternativa lo suficientemente fuerte y estable para compensar completamente los efectos negativos" sobre el precio que causará la compra de Ilva por parte de Arcelor-Mittal.

En este contexto, Arcellor-Mittal propuso a Bruselas desprenderse de su planta de acero galvanizado en Piombino, la única de esta clase que posee en Italia, así como la venta de la rumana Arcelor-Mittal Galati, la macedonia Arcelor-Mittal Skopje, la checa Arcelor-Mittal Ostrava, la luxemburguesa Arcelor-Mittal Dudelange, así como desinvertir en varias líneas de negocio en Bélgica.

Además, se comprometió a sacar a Marcegaglia -un competidor italiano en la producción de acero galvanizado- del consorcio que comprará Ilva, así como a no adquirir acciones de esta empresa como parte de la transacción.

La Comisión Europea ha subrayado que el paquete de desinversiones cubre toda la cadena de valor y permitirá al futuro comprador "competir" con Arcelor-Mittal en el largo plazo. Por ello, ha concluido que garantizará la competencia en el mercado europeo del acero.

El mayor grupo siderúrgico mundial debe organizar ahora un proceso de venta "abierto, transparente y no discriminatorio" y después comunicará a Bruselas el comprador o compradores de los activos que se ha comprometido a vender. El Ejecutivo comunitario evaluará después si la firma que los adquiera tiene la capacidad y los incentivos para continuar operando en el mercado del acero comunitario.

"El acero es una materia prima crítica para las industrias y productos europeos que usamos todos los días. La decisión de hoy asegura que la adquisición de Ilva por parte de ArcelorMittal, que crea de lejos el mayor productor de acero en Europa, no provoca un aumento de los precios a expensas de las industrias europeas, los millones de empleados y los consumidores", ha celebrado la comisaria de Competencia, Margrethe Vestager.