El Gobierno español considera que la oferta pública de adquisición (opa) formulada por el grupo público China Three Gorges (CTG) para tener el dominio de Energías de Portugal (EDP) "no es una operación normal" y por ello será analizada por las autoridades nacionales "con mucho cuidado y detenimiento", según manifestó ayer en Asturias el ministro de Energía, Álvaro Nadal. Dejó ver así los recelos que despierta en la Administración española el hecho de que un grupo estatal controlado desde Pekín se ponga a los mandos de la cuarta compañía eléctrica de la Península Ibérica, con más de un millón de clientes en España y numerosas instalaciones de generación (5.722 megavatios en total).

"Esta no es la situación normal; no se trata de un fondo de inversión o de un grupo privado; estamos hablando del Estado chino, algo que tiene ramificaciones amplias que debemos analizar antes de tomar una decisión", respondió Álvaro Nadal en Infiesto, donde participó en un acto celebrado en el Instituto de Secundaria de la localidad piloñesa. El ministro dijo estar en contacto con "los agentes implicados", así como con "socios europeos" (el Gobierno de Portugal, entre ellos) y con la Comisión Europea para hacer el seguimiento de la opa de China Three Gorges y evaluar sus consecuencias. Nadal resumió así la situación: "Estamos hablando de la entrada de un estado en el sistema eléctrico español". Y dio a entender que la eventual toma de control de EDP por China Three Gorges necesitará de autorizaciones en España, al igual en que en otros países donde el grupo luso tiene presencia. Sin embargo, CTG no lo incluye así en la documentación inicial de la opa.

Las especiales cautelas que manifesta Nadal contrastan con la reacción del Ejecutivo luso de António Costa, que por ahora ha manifestado que desde la perspectiva de Lisboa no existen motivos para tener reservas sobre el movimiento corporativo de CTG, ya principal accionista de EDP con el 23,27% del capital. Las autoridades chinas del régimen comunista de Xi Jimping han comentado estos últimos días la buena sintonía que existe entre Lisboa y Pekín. El capital chino está presente en EDP desde 2011, cuando China Three Gorges ganó el proceso de venta de la participación que el Estado portugués tenía en la eléctrica. Fue en el contexto de las privatizaciones que Portugal tuvo que abordar como parte de las contrapartidas del rescate financiero que el país recibió de la Troika (Comisión Europea, Fondo Monetario Internacional y Banco Central Europeo).

EDP ya era en buena medida china antes de la opa que se conoció el viernes y ningún gobierno español haya manifestado hasta ahora inquietud alguna. La preocupación que ayer transmitió Álvaro Nadal llega con el intento de Pekín de superar con su oferta el 50% del capital -a un precio de 3,26 euros, ya rebasado en Bolsa- y de convertir a EDP en la plataforma para la expansión de China Three Gorges en Europa y América, algo que explícitamente se manifiesta en la información preliminar sobre la opa.

Las dudas de Nadal y su anuncio de que la operación se examinará con lupa desde Madrid contrastan con el sosiego del Gobierno asturiano, cuyo presidente, Javier Fernández, considera que, previsiblemente, el hecho de que CTG pueda aumentar su peso en EDP genera menos incertidumbres sobre el empleo y la actividad en Asturias que un hipotético intento alternativo de un grupo energético competidor del portugués, como Gas Natural Fenosa.

Álvaro Nadal enfocó su reacción hacia las connotaciones que tiene la posición creciente de China en sectores estratégicos europeos (energía, infraestructuras, nuevas tecnologías) y que ha movido a la UE a revisar sus directivas sobre inversión extranjera. En línea con la opinión de los gobiernos de Alemania, Francia e Italia, Nadal manifestó el apoyo de España a la elaboración de una nueva directiva europea que ponga límites al desembarco de países como China en actividades sensibles.

Nadal emplazó en otro momento a la oposición política a apoyar el cambio legal para regular el cierre de centrales con un procedimiento que en Asturias podría impedir el achatarramiento de la térmica de carbón de Lada y el riesgo de clausura acelerada de otras. "Quienes se oponen deberán explicar por qué lo hacen", dijo el Ministro en alusión a las reticencias del PSOE nacional y de Ciudadanos ante una norma que sí el apoya el Gobierno socialista asturiano, como ratificó el consejero de Empleo, Industria y Turismo, Isaac Pola, en el mismo acto de Infiesto. Nadal afeó a Iberdrola que se niegue a vender la térmica langreana en lugar de cerrarla, mientras en Reino Unido sí enajena centrales de gas. La compañía replicó instando al Ministro a "no confundir a la opinión pública equiparando una central térmica de carbón con una de gas". La tensión entre la mayor eléctrica española y el Gobierno no remite.