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Gas Natural descarta por ahora entrar en una puja por el grupo eléctrico portugués

El gigante francés Engie, que analizó una posible oferta por EDP, fijará su estrategia a partir de que hoy tome posesión su nuevo presidente

Jean Pierre Clamadieu.

El nuevo presidente de la multinacional energética francesa Engie (antes, GD Suez), Jean Pierre Clamadieu, tomará posesión hoy de su cargo. La entronización del nuevo dirigente puede ser determinante en la estrategia de adquisiciones que pueda realizar el gigante galo y en la reactivación o no de sus aspiraciones sobre la eléctrica portuguesa EDP, dueña de la antigua Hidroeléctrica del Cantábrico (HC), actual EDP España.

Cuando el pasado 9 de abril trascendió que la dirección de Engie, liderada por su directora general y consejera delegada Isabelle Kocher, había estado analizando la posibilidad de plantear una operación corporativa sobre EDP ya se dijo que cualquier decisión al respecto se postergaría hasta la llegada del nuevo presidente, a mediados de mayo.

Otro posible pretendiente sobre EDP, la compañía española Gas Natural Fenosa, de quien se dijo el pasado verano que había hecho movimientos de acercamiento a la energética lisboeta, ha enfriado las expectativas. "Estamos centrados en el diseño de nuestro plan estratégico hasta 2022 y en este momento no contemplamos operaciones corporativas de esa envergadura", dijeron ayer a este diario medios de la compañía catalano-galaico-madrileña, presidida por Francisco Reynés.

El planteamiento de Gas Natural en sus tanteos del pasado verano se concibió en términos de fusión y no de desembolso millonario a golpe de talonario, que es el escenario -muy distinto- que ha abierto desde el viernes el coloso estatal asiático China Three Gorges (CTG), mayor accionista actual de EDP (23,37%), al plantear una oferta pública de adquisición de acciones por el 100% de la eléctrica lusa, aunque condicionada como objetivo al logro del 50%.

En el caso de Engie la situación es distinta. Este gigante francés lleva ocho años sin realizar adquisiciones importantes, desde que en 2011 compró International Power. Engie (que es dueña de la belga Electrabel, una de las ocho empresas que se implicaron entre 2000 y 2001 en la enconada pugna por el dominio de Cantábrico y que concluyó con su control por EDP) empezó a considerar en marzo el lanzamiento de una nueva ofensiva de compras tras varios años de desinversiones. Y EDP ya estuvo en su punto de mira en 2007 y en 2013. La llegada a la cúpula de Engie de Clamadieu (Francia, 1958), hasta ahora dirigente de la compañía química belga Solvay, abre la opción de la expansión como vía estratégica. El Estado francés (dueño del 24,1% de Engie) también quiere revalorizar la compañía para, según algunos analistas, hacer caja con la venta de su participación. Cuando se conoció la designación de Clamadieu, éste ya vaticinó que Engie precisaba replantear sus factores de crecimiento y su política de expansión externa. Las energías renovables (uno de los rasgos más atractivos de EDP) es también uno de los objetivos del grupo francés.

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