Blas Herrero, dueño del grupo Radio Blanca, que engloba medios como Kiss FM, reiteró que no va a ir a la ampliación de capital de Duro Felguera "a ningún precio", ya que está "seguro" de que en los términos planteados si saliese la operación "no salvaría la compañía, porque es insuficiente".

Herrero, que ha promovido un grupo de empresarios para salvar la compañía de ingeniería asturiana, afirmó que no quiere boicotear la operación, "bajo ningún concepto", pero que es su obligación advertir de que el "futuro de la compañía no pasa por una ampliación de capital, sino por un rescate". El empresario está dispuesto a hacerse con el 51% de la empresa, pero con una serie de condiciones y siempre y cuando la compañía no haya entrado en concurso de acreedores.

Duro tiene previsto celebrar una junta de accionistas el próximo 15 de junio para aprobar una ampliación de capital de 125,7 millones. Esta ampliación se ha anunciado después de que la empresa aceptara un acuerdo con la banca, que consiste en una reducción de la deuda financiera a 85 millones y la emisión de obligaciones convertibles por 233 millones. Herrero, que ha insistido en que él "más que nadie" está interesado en salvar la compañía y apoyar a su tierra, está convencido de que la ampliación de capital "es insuficiente y lo que haría sería alargar unos meses de vida" a Duro. "Yo todavía no he visto a nadie que quiera ir a esa ampliación", añadió antes de advertir de que si no sale operación la empresa entraría en concurso de acreedores, momento en el que él ya no mantendría su oferta, teniendo en cuenta que "una situación así supondría el desprestigio de la compañía y sería muy difícil que alguien le diera una obra".

"Cualquier cosa hay que hacerla antes del 15 de junio", insistió el empresario, que afirmó que él siempre ha estado interesado en la compañía desde que "entró en crisis" y que ya planteó a "todos" los bancos una serie de condiciones para entrar en ella: que la deuda de 310 millones de euros se convirtiera en capital y que se haga una auditoría de los proyectos que están en marcha por valor de 900 millones de euros. "Se debe de hacer como en los bancos, crear uno bueno y otro malo; las obras buenas continuarlas y las malas venderlas y aceptar unas pérdidas con los países que las consideren", apuntó Herrero, que también considera importante que se impliquen en la operación las instituciones públicas y los sindicatos, ya que la empresa requiere un ERE, y que todos sean conscientes de que "nadie tendrá ningún ingreso en los próximos siete años".

Aunque al grupo de empresarios que iban a entrar con él en la operación les ha "mareado mucho", afirmó que están dispuestos "a reiniciar la negociación" para adquirir el 51% de la empresa si no se llega a efectuar la ampliación de capital.