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China impulsa desde España una nueva Ruta de la Seda

Pekín ofrece al mundo impulsar plataformas de comercio electrónico a cambio de inversiones en infraestructuras y turismo

Felipe VI y Wang Yi. QIUDA GOU (XINHUA)

Una nueva oportunidad de cooperación internacional liderada por China ante el exacerbado proteccionismo norteamericano o un taimado plan del régimen comunista para ocupar el vacío de poder y dominar el mundo en la era trumpiana. Ése es el inquietante dilema que está sobre la mesa global, según algunos relevantes observadores del megaproyecto amarillo.

La ambiciosa Ruta de la Seda que llenó de caravanas de mercaderes el camino entre Oriente y Occidente desde el siglo I antes de Cristo es actualizada ahora con mimo desde Pekín, con la idea de establecer una red transaccional a lo largo de todo el mundo para promover el desarrollo de los países que se sumen a este carísimo proyecto para el que China ha creado dos grandes instituciones: el Banco Asiático de Inversión en Infraestructuras y el Fondo de la Ruta de la Seda. Pekín espera invertir en este proyecto más de 732.000 millones de euros en los próximos cinco años.

El colosal plan ideado por el presidente chino, Xi Jinping, en 2013 para devolver a su inmensa nación el esplendor del pasado ha llegado al palacio de la Zarzuela, donde el Rey Felipe VI celebró junto al ministro de Relaciones Exteriores de China, Wang Yi, el 45.º aniversario del establecimiento de las relaciones diplomáticas entre los dos países y brindó por un futuro común con grandes beneficios potenciales a compartir.

La nueva Ruta de la Seda suma al ancestral recorrido terrestre un nuevo trayecto marítimo y es, según Wang Yi, una iniciativa de cooperación internacional abierta a todos los países y regiones que quieran adherirse. Ya lo han hecho un centenar de naciones en las que viven más de 4.400 millones de personas con el 40 por ciento del PIB mundial.

"De lo que se trata aquí es de hacer infraestructuras terrestres y marítimas que sirvan para unir a los distintos pueblos del mundo y para mejorar el comercio", insiste el ministro chino al animar a los empresarios españoles a participar en la construcción de carreteras y aportar su experiencia en tecnologías avanzadas, finanzas, telecomunicaciones y turismo. China ofrece la construcción en España de centros logísticos y plataformas de comercio electrónico, al tiempo que presume de su capacidad manufacturera y de su experiencia en la construcción de infraestructuras en Asia, África y América Latina.

España, exponen las autoridades chinas, ha sido uno de los primeros beneficiarios de esta nueva conectividad del siglo XXI, al recibir por primera vez en el año 2014 el tren de carga Yixin'ou, que une los 13.000 kilómetros de distancia que separan la ciudad de Yiwu de Madrid atravesando otros seis países: Kazajistán, Rusia, Bielorrusia, Polonia, Alemania y Francia.

Según la Fundación para el Intercambio entre Yiwu y España (Fiye), desde la apertura de la línea ferroviaria en 2014, el valor de las exportaciones de España a Yiwu ha aumentado en más del 300 por ciento.

Los folletos sobre los beneficios de esta nueva ruta de mercaderes del siglo XXI incluyen hasta un plan para difundir la medicina tradicional china en Cataluña.

China es en la actualidad el mayor socio comercial de España fuera de la Unión Europea (UE), y España, a su vez, el sexto mayor socio comercial de China dentro del Viejo Continente. El volumen del comercio bilateral pasó de los 10 millones de euros de hace 45 años a alcanzar un récord histórico de más de 26.000 millones de euros en 2017.

La interconexión entre las sociedades española y china ha superado con creces lo que hace 400 años se imaginó Diego de Pantoja, el misionero jesuita español que dedicó su vida a fomentar los intercambios entre ambas culturas a través de la Ruta de la Seda. Esa antigua vía comercial se ha rejuvenecido hoy a través de la iniciativa china de la Franja y la Ruta, que ha estrechado las relaciones entre China y España y se ha traducido en nuevos ámbitos de cooperación.

A juicio de Tian Delong, investigador del Instituto de Estudios Europeos de la Academia de Ciencias Sociales de China, la confianza política mutua no ha hecho más que reforzarse en los últimos años y la cooperación económica, comercial y turística, así como los intercambios culturales, han seguido el mismo camino. "España se ha convertido en un país importante para la inversión de China en Europa", afirma, convencido de que la visita de Wang a España consolidará los frutos de la cooperación bilateral y contribuirá a explorar nuevas esferas y vías de colaboración en el marco de la Ruta de la Seda.

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