Comprar y cambiar la vivienda carta ya es posible gracias a la realidad virtual y a un proyecto, bautizado como "Habitat-VR", que presentó ayer la constructora Los Álamos en la sede de la patronal de la construcción, CAC-Asprocon, de Oviedo. Comprar sobre plano nunca fue tan realista.

"Presionando un botón puede cambiar el color de la cocina". La sugerencia la da Armando Sirgo, responsable de sistemas de información y transformación digital de la constructora ovetense; quien la recibe es Daniel Rodríguez, un constructor de Luanco (de Construcciones Joaquín Escribano) que está probando un sistema de realidad aumentada para la comercialización de viviendas.

Alucina con el realismo y mientras se quita las gafas de realidad aumentada Rodríguez dice: "Éste es el presente; iba a decir que era el futuro, pero no, esto ya está aquí para quedarse". La idea es que los futuros compradores puedan comprobar de forma sencilla las características de su futuro hogar y modificar el diseño si hay algo que no les convence. "Pueden mover un tabique de un lado a otro, a su gusto; desplazar los muebles hasta dar con la decoración ideal, cambiarles el color o ver cómo quedan los azulejos una vez puestos", explica Armando Sirgo. Todo con un realismo extraordinario.

La iniciativa comenzó a desarrollarse hace dos años, de la mano de Los Álamos, la compañía Localcad, la ingeniería de imagen Virtualgraf y la Fundación CTIC. Ahora la tecnología ya está madura. Muestra de ello es que las pruebas de ayer fueron un éxito. "La calidad es perfecta, es el futuro de la comercialización", apuntó el presidente del grupo de contratistas de la CAC-Asprocon, Delfín Cuervo, tras probar las gafas de realidad virtual.

Los constructores hacían cola para entrar en ese nuevo mundo de realidad aumentada que puede suponer un antes y un después en la comercialización de viviendas. Raúl Álvarez, director de Virtualgraf, señala hacia una de las pantallas de la sala de juntas de la sede de la patronal. "Ésa es una vivienda de Madrid que acaba de ser rehabilitada", explica. No le falta el más mínimo detalle. Uno de los usuarios indaga en la habitación principal del piso, la cama es de un enorme realismo, lo mismo que las paredes. Al fondo hay una terraza a la que uno se puede asomar sólo usando las gafas. Sin necesidad de tomar un avión.

Raúl Álvarez señala que la intención de su empresa es extender este programa al ámbito industrial, donde considera que la realidad aumentada también tiene unas amplias posibilidades de desarrollo. Los Álamos tiene previsto probar el sistema en un entorno real, con clientes de verdad, en una promoción de 37 viviendas en Oviedo.