Asturias fue en 2016 la comunidad autónoma con una mayor brecha salarial. Las asturianas ganaron durante ese año de media un 29,4% menos que los varones, según los resultados que publicó ayer el Instituto Nacional de Estadística (INE).

La brecha no se cierra, ya que en todas las comunidades las mujeres cobran menos que los hombres. La amplitud de esa diferencia se debe, según explica el organismo, a la diferente estructura del empleo en cada región. Así ocurre en Asturias, donde el sector industrial tiene un tamaño más relevante que en otras, emplea mayoritariamente a varones y paga salarios más altos que las empresas de otras actividades. Las mujeres ocupan principalmente puestos en el sector de los servicios, donde los salarios frecuentemente son más bajos.

En el caso concreto del Principado, las mujeres tenían en 2016, ejercicio en el que se tomaron los datos, un sueldo medio anual de 19.077 euros, mientras que el de los hombres ascendía a 27.010 euros. Esto es, el salario medio de la mujer equivale al 70,6% del que corresponde a los varones. Es la proporción más baja del país (ver gráfico adjunto). El sueldo de las mujeres subió además con una menor intensidad que el de ellos. La nómina media de las asturianas creció un 0,8%, mientras que la de los varones lo hizo un 1,9%.

En conjunto, la nómina media de los asturianos alcanzó en ese año los 23.094 euros, ligeramente por debajo de la media del país (23.156), y se incrementó un 1,2%.

Al contrario de lo que ocurrió en el Principado, en el conjunto del país el salario de las mujeres creció (un 0,4%) ligeramente por encima del que registraron los varones (0,3%).

Tras Asturias, las comunidades con una mayor brecha salarial fueron Navarra (28%) y Cantabria (27,7). Las que menores diferencias presentan son Canarias (13,9%), Baleares (15,4) y Extremadura (19,5). Las dos primeras se corresponden con las regiones en las que el sector turístico tiene un peso decisivo y engloba a la mayor parte de los trabajadores.

Los mejores sueldos, señala el INE, están en el sector de la energía, el financiero, las telecomunicaciones, la minería y la Administración pública. Por contra, los peores están en la hostelería y las actividades administrativas.