La escalada de la cotización del petróleo en el último año pasa factura a los hogares y a las empresas. Con el crudo a 75 dólares el barril -casi un 50% más caro que hace un año y por encima de la previsión del Gobierno para el año (64)-, la inflación española se ha situado en el 2%, superando los incrementos medios de salarios pactados en los convenios colectivos y también la revalorización que tendrá la mayoría de las pensiones. Si ese resultado se mantiene o se acentúa en los próximos se resentirá el poder adquisitivo de las familias y con ello el vigor del consumo, cimiento principal del patrón de crecimiento del país.

El salto del índice de precios al consumo (IPC) ha sido así, según el Instituto Nacional de Estadística (INE): la inflación interanual pasó del 1,1% de abril al 2% en mayo, el nivel más alto de los últimos doce meses. "En este comportamiento destaca la subida de los precios de los carburantes (...). También influye el aumento del precio de la electricidad", señala el INE al comentar el indicador provisional.

El comportamiento del petróleo está detrás de tales subidas, que en Asturias tienen estos dígitos en el caso de los combustibles: la gasolina, que cuesta una media de 1,37 euros, está el 9,5% más cara que un año atrás, y el gasóleo, a 1,26, se ha disparado el 14,5%.

En el mercado mayorista de la electricidad, donde se fija la mitad del recibo, el kilovatio se ha encarecido el 14%, según un cálculo de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU). A pesar de la alta producción hidroeléctrica, el aumento de costes de las térmicas de gas (combustible cuyo precio está generalmente indexado al del petróleo), combinado con el modelo de funcionamiento del mercado ("marginalista"), explican el ascenso de los precios. El incremento del 14% se traduce en un encarecimiento del 7% en la factura para quienes tengan contratos de tarifa regulada. Para los clientes con contratos del llamado mercado libre, que son mayoría en Asturias, las subidas serán las que fijen las compañías comercializadoras.

La inflación de mayo se colocó por encima de la actualización de salarios y pensiones. Conforme a los datos del Ministerio de Empleo sobre los convenios colectivos, el incremento salarial medio pactado en Asturias es este año del 1,8%. El ministro de Energía, Álvaro Nadal, advirtió ayer de que la competitividad de las empresas se resentiría si los aumentos de inflación se trasladaran automáticamente a los sueldos. Pero las cláusulas de revisión que antes blindaban el poder adquisitivo de los asalariados han desaparecido de muchos de los convenios, de forma que el riesgo es sobre todo para la capacidad de compra de los trabajadores.

La expectativa de que el cártel de productores de crudo de la OPEP estudiará en las próximas semanas un aumento de producción ha contenido en los últimos días la cotización del petróleo. De confirmarse, el repunte de la inflación podría aflojar a corto plazo. En caso contrario, un aumento persistente del crudo acabaría desgastando también el poder adquisitivo de los pensionistas. Este año, las nóminas de los jubilados han subido el 0,25%, aunque en los Presupuestos del Estado, pendientes de aprobación definitiva, está previsto que la revalorización sea del 1,6% con carácter general y del 3% para las pensiones más modestas (unas 60.000 en Asturias).