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MARÍA TERESA MALLADA | Presidenta de Hunosa

"No tener que enfrentarme a la fecha de cierre de pozos supone un alivio para mí"

"Si Hunosa no toma la decisión de poner en marcha una mina de carbón a cielo abierto, otras empresas lo harán; no necesita ayudas y daría empleo"

María Teresa Mallada. LUISMA MURIAS

"Estoy preparándome para la despedida". María Teresa Mallada de Castro (Cabañaquinta, 1973) recibe a LA NUEVA ESPAÑA en su despecho dando por hecho que, tras el cambio de Gobierno en España, sus días al frente de la empresa estatal Hunosa llegan a su fin. Durante la conversación, en varias ocasiones se levantará de la mesa para sacar, de sus ordenadas estanterías, diferentes informes relacionados con el plan de futuro que la compañía venía elaborando desde 2016 para tratar de sobrevivir al anunciado fin de la minería no rentable fijado para el próximo 31 de diciembre. Otros lo ejecutarán. O no.

-Ya piensa en la despedida, habrá que hacer balance de los seis años de presidencia.

-Es positivo. En 2012 estábamos en una situación complicada para una empresa en pérdidas como es Hunosa, por el contexto económico de entonces, y ahora hay una gran estabilidad. Fuimos capaces de firmar con los sindicatos un plan de empresa en 2014 que da cobertura hasta el fin de este año y que garantizó el mantenimiento de tres pozos.

-¿Se cumplieron los parámetros del plan?

-En términos generales sí. Se podría haber producido más carbón, pero es que en el plan ya diferenciamos entre minería y postminería, todas esas actividades de obligado cumplimiento que te genera haber tenido explotaciones de carbón, lo que se conoce como "costes eternos". Tuvimos que ir pasando trabajadores de interior a postminería, donde ya tenemos casi 100 personas. Por ese trasvase no se cumplió en producción de carbón, pero sí en inversiones, en plantilla, en el desarrollo de nuevas energías como la geotermia o la biomasa o en acciones como la venta de los economatos, una de las mejores operaciones que hemos realizado porque la empresa que se ha hecho con ellos en concurso público mantiene cien puestos de trabajo en nuestras comarcas mineras, que no es poco.

-Desarrollaron polígonos, pero la mayoría están vacíos.

-El mismo problema que tiene el Principado. Es muy difícil vender parcelas industriales, aunque bajes el precio, y obviamente el suelo público no lo vamos a regalar. En reactivación de las comarcas mineras invertimos 6 millones en préstamos participativos a empresas que generaron 271 empleos.

-Y han logrado reaprovechar parte de su patrimonio, como el pozo Sotón.

-Ese puede ser el proyecto más atractivo, por el interés turístico, pero el patrimonio de Hunosa es ingente. Ahí también está el patrimonio forestal, más de 4.000 hectáreas que hemos ordenado administrativamente y que aprovechamos como empresa de servicios energéticos en biomasa. Y en patrimonio también estaban todas las viviendas que teníamos, de las que ya hemos vendido cien. Quizá esa gestión no es tan llamativa como la de los pozos Sotón o Santa Bárbara, que son bienes de interés cultural y que por ley estamos obligados a mantener y abrir al público al menos cuatro días al mes. Eso nos obligó a buscar fórmulas para sacarles partido y al mismo tiempo acercar a la gente lo que es nuestra historia.

-¿Se ha sentido presionada por los sindicatos?

-Desde el primer momento tuve claro que la dirección de la empresa tiene que ir de la mano de ellos. Estoy razonablemente satisfecha, creo que he contribuido a tener unas buenas relaciones, no exentas de diferencias y de enfados, pero en lo fundamental hemos llegado a acuerdos.

-¿El "caso Villa" ayudó a reducir la presión?

-No lo percibo así. He intentado que nos centráramos en lo realmente importante para la empresa y entre las dos partes lo hemos conseguido.

-¿Se ha sentido respaldada desde el Gobierno en Madrid?

-Por la actual presidenta de SEPI absolutamente.

-¿Sólo por la actual?

-Por la actual, absolutamente.

- El ritmo de la transición energética, ¿es tan determinante para el futuro de Asturias como se asegura desde el Gobierno regional?

-Como región minera y vinculada al carbón nos va a afectar, pero el grado dependerá de cómo los responsables modulen esa transición. Nosotros lo tenemos muy claro y tenemos un plan estratégico que cuenta con el visto bueno de SEPI, nuestro accionista, y que plantea cuestiones que entendemos que son las apropiadas para Hunosa y las comarcas mineras.

-El cambio de Gobierno en España quizá le viene bien. No afrontará el trago de ser la presidenta que cierra los últimos pozos de Hunosa y además deja sobre la mesa un plan de futuro según el cual se podría seguir extrayendo carbón, lo que eleva la presión a su sucesor.

-Los deberes están hechos y el que venga será el que considere si son adecuados. Egoístamente, para mí, no tener que enfrentarme a esa fecha tan decisiva supone cierto alivio. No obstante, desde que me nombraron en ningún momento se me pasó por la cabeza que, si llegaba a 2018, fuera a dimitir. Lo que me toca siempre trato de afrontarlo.

-¿Le preocupaba ser la presidenta que cerrara los pozos?

-Por supuesto, y por eso trabajamos en un plan para dar futuro a la empresa y que pondré inmediatamente en conocimiento de la persona que me sustituya porque entiendo que es un buen plan.

-¿Y está bien atado?

-Está avalado por nuestro accionista, ya está en el Ministerio de Energía e incluso trasladado informalmente a miembros de la Comisión Europea.

-Pero parte de la premisa de que se logrará un indulto para el pozo Nicolasa, que podría seguir tres años más sin devolver las ayudas. ¿Está suficientemente argumentado?

-Nosotros, respetando la decisión europea, lo que hemos hecho es buscar alguna salida que estuviera jurídicamente argumentada y que permitiera mantener alguna instalación subterránea para conservar el empleo de Hunosa y para seguir manteniendo la térmica de La Pereda, que es una pieza clave en la empresa porque allí se está estudiando la captura de CO2. Para que siga funcionando se necesita un aporte de carbón y que mejor que el de un pozo que está a pocos metros de distancia como es San Nicolás. Tras meses de estudio creemos que tenemos los argumentos jurídicos para mantenerlo sin contradecir la decisión europea.

-¿Y cuáles son?

-En el real decreto de 2010 que determina las centrales térmicas que reciben ayudas estatales por la quema de carbón autóctono no figura La Pereda, por lo tanto el mineral que se quema allí no ha recibido ayudas y nosotros podemos demostrar que todo el carbón de San Nicolás se ha quemado en esa térmica. Por lo tanto el mantenimiento de la extracción de ese carbón no llevaría consigo la devolución de ayudas.

-Según su plan, durante ese periodo de transición de tres años con Nicolasa abierto prepararían la apertura de una mina a cielo abierto. ¿Es viable en términos de calidad del mineral, coste e impacto ambiental?

-Llevamos tiempo estudiándolo y no sólo porque Hunosa tenga interés. También lo tienen otras empresas que si no tomamos esa iniciativa podrían optar a esas concesiones. Es una actividad que no necesita ayudas y que genera empleo. Todo aquel que contemple el carbón dentro del mix energético nacional, como yo lo hago y lo hacía el ministro Nadal, debería estar a favor de la explotación a cielo abierto, que no puede hacerse de otra manera más que respetando todas las exigencias medioambientales que impone la administración.

-¿A esos niveles superficiales las capas de carbón tienen calidad suficiente?

-Más que suficiente. Tenemos estudios de viabilidad sobre las áreas donde planteamos esa actividad y hay interés de empresas privadas en participar con nosotros en el proyecto.

-¿Y dónde se ubicaría esa mina exterior?

-En municipios de las comarcas mineras.

-Concrete más.

-Se han mirado varias opciones, pero hay alcaldes que nos han pedido que aún no lo desvelemos, supongo que para incluirlo en sus programas electorales como proyectos generadores de empleo.

-Otra pata importante son las nuevas energías. Además de la geotermia y de la biomasa, incluyen la hidroeléctrica con agua de mina.

-Tenemos un estudio hecho en el pozo Tres Amigos y estábamos viendo las posibilidades de financiación en Europa. En Alemania hay proyectos similares. Tres Amigos está inundado y si creas un embalse en la actual plaza del pozo y una tubería que comunique ambos almacenamientos, con una turbina reversible acoplada, se puede generar energía con los trasvases de agua. Era un proyecto que teníamos avanzado junto a otra empresa privada.

-En el centro del plan de futuro colocan la térmica de La Pereda, que usaría nuevos combustibles, ¿cuáles?

-Nuestra capacidad de suministro de carbón autóctono se va a reducir y a finales de 2021 cambia la regulación de las térmicas de este tipo y vamos a necesitar nuevos combustibles. Hemos probado la mezcla con biomasa, pero no salían los números, y ahora estamos en proyectos de investigación con lodos de depuradora.

-Quieren convertir el lavadero de carbón de Mieres en un negocio. ¿Cómo?

-En la anterior etapa se invirtieron 12 millones en El Batán y para nosotros es una preocupación saber qué va a pasar con ese lavadero que es el mejor de España. Buscamos posibilidades de futuro. Hay mucho carbón que llega a nuestro país que tiene fines distintos a los térmicos, que se utiliza en la industria química y metalúrgica, y hay muchas empresas en España y en Centroeuropa interesadas en utilizar carbón "premium". Nosotros hemos logrado que carbón con un 50% de cenizas pase a tener un 2%, que sea de altísima calidad, y queremos rentabilizar ese conocimiento.

-Pero a las empresas les saldrá más barato traer el carbón lavado, para ahorrarse costes de transporte.

-Hay que saber tratar el carbón y yo no conozco ninguno que venga de fuera con el 2% de cenizas.

-¿Por qué no les ha presentado el plan de futuro a los sindicatos?

-Porque no ha comenzado la negociación del nuevo plan de empresa. Los sindicatos se estaban reuniendo con el Ministerio de Energía para elaborar el plan nacional del carbón y en la empresa siempre se espera a tener esas líneas de actuación. Yo no puedo llegar a una mesa de negociación sin propuestas concretas y en este caso tengo un plan, avalado por la consultora externa KPMG, que asegura la continuidad de nuestra empresa hasta 2025 con 856 trabajadores, que son los que quedarían en 2020 después de las prejubilaciones previstas en 2019 y 2020.

-¿No habría prejubilaciones después de esa fecha?

-Dependería de plan nacional del carbón que se apruebe.

-¿Y qué posibilidades ve de cumplimiento de este plan de futuro de Hunosa tras la designación de Teresa Ribera como ministra de Transición Ecológica?

-Hay que esperar a ver los pasos que dan, pero creo que tendríamos que ser muchos los que reclamáramos un poco de atención sobre la actividad de Hunosa y sobre los efectos socioeconómicos que llevan consigo decisiones drásticas con la empresa. El año pasado las pérdidas de Hunosa se redujeron en 32 millones y los niveles de producción y empleo ya están muy medidos. Por ello me gustaría que se dé futuro a la empresa con este plan o con otro, aunque en cinco meses no se puede hacer el trabajo de seis años. Al que le toque va a tener un trabajo duro y tendrá que pelear bastante a no ser que lo que busque sea el cierre.

-Es su empresa. ¿Cuándo deje de ser presidenta volverá a su puesto de ingeniera?

-Si le va bien a la empresa me va bien a mí. Yo soy ingeniero y volveré al cargo que la nueva presidencia de la compañía considere.

-No sé si como en la Administración consolida el sueldo?

-No. Yo tengo un contrato de alto cargo de la SEPI, en estos momentos no soy trabajadora de Hunosa, pero cuando deje la presidencia podré volver a serlo en las condiciones anteriores.

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