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El difícil relevo generacional en la industria

Asturias ensaya su nueva FP dual para paliar el déficit de profesionales del metal

El Principado activa la captación de alumnos y de empresas para un plan que incluye seis titulaciones y formación con salario durante dos años

Estudiantes de un módulo de Soldadura en Avilés. MARA VILLAMUZA

El Principado, los sindicatos y los empresarios ensayarán a partir del próximo curso un nuevo sistema de Formación Profesional (FP) dual (aquella que combina las clases en el aula con muchas horas de prácticas en las empresas) pensado para mitigar la oleada de bajas por jubilación que se van a producir en los próximos años en el pujante sector asturiano del metal. El Consejo de Asturias de la FP está estos días a la búsqueda de empresas que se involucren en el programa, ya que su papel será esencial para llevar la iniciativa a buen puerto. "Las perspectivas son buenas", dice el presidente de este organismo, Ramón Canal. Opinión que no comparten los sindicatos, que ven al sector industrial un tanto dubitativo.

Y eso que el metal tiene por delante un desafío mayúsculo en sus plantillas. Según los cálculos que manejan empresas y sindicatos, de aquí a 2020 entre el 60% y el 70% de los mandos intermedios se jubilarán. De ahí que se hayan seleccionado para la nueva FP dual cinco ciclos formativos orientados a ese sector. El tiempo apremia. Las disciplinas serán las siguientes: Instalaciones Eléctricas y Automáticas; Mecanizado; Soldadura y Calderería; Mecatrónica Industrial y Mantenimiento Electromecánico. Más un sexto módulo ligado al sector tecnológico: Administración de Sistemas Informáticos en Red. En los próximos días se abrirá el periodo para que se matriculen los alumnos. Son formaciones que, pese a la alta salida laboral, no tienen demasiado atractivo entre los estudiantes, reconocen los empresarios.

¿Qué tiene de especial esta nueva FP dual? Al contrario de la tradicional, con dos años de duración, esta durará tres. El primer curso será totalmente teórico y en los dos siguientes se combinarán tres días de trabajo en la empresa y dos en el aula. Los estudiantes tendrán desde el segundo curso un contrato laboral. "Cobrarán según el convenio colectivo del sector y la parte proporcional al tiempo que se pasen en la empresa", explica Canal. Para hacerse una idea, la categoría más baja del convenio del metal, la de oficial de tercera -a la que irán a parar la mayoría de estos estudiantes- recoge que el salario bruto por día trabajado asciende a 46,66 euros brutos. Con lo que si trabajan doce jornadas al mes podrían tener una nómina de algo más de 500 euros mensuales.

Dado su carácter experimental, el programa no tiene de partida un límite claro de plazas para los estudiantes. Los propios alumnos tendrán la opción de elegir en segundo si siguen este itinerario o el tradicional. El papel de las empresas será esencial. Canal asegura que la conexión con ellas está siendo buena. "El otro día tuvimos una reunión en Gijón con 17 empresarios y se les veía bastante animados a participar", asegura.

Los sindicatos no lo tienen tan claro y avisan de que van a estar muy vigilantes. "El plan fundamental es que la formación que reciban los estudiantes dentro de las empresas sea de calidad, y que no se les use como si fueran unos pinches. Los salarios tienen que ser dignos", señala Juan José García, secretario de Política Industrial de UGT. Úrsula Szalata, responsable del área de empleo de CC OO, afirma: "La FP dual tiene que jugar un papel fundamental en el relevo generacional, y la transición debe ser justa".

La intención del Consejo de la FP es poder firmar este mismo mes los contratos con las compañías que van a participar para tenerlo todo bien atado cuando finalice el plazo que tienen los alumnos para matricularse, que se cerrará a mediados de julio.

Pero hay aspectos laborales que se negocian en otros foros. La patronal Femetal ha planteado en las conversaciones del convenio colectivo del sector crear una categoría especial dentro del convenio, con un salario inferior, para encajar a las personas que se incorporen desde la FP dual. El criterio es que, sobre todo, las pequeñas empresas no pueden afrontar el coste que supone remunerar como oficial a un trabajador que está en formación. Los sindicatos no están por la labor, ya que entienden que eso supondría una precarización del empleo en un sector en franca recuperación.

La patronal FADE asegura que este nuevo experimento con la FP permitirá acercar "el mundo de la formación a la empresa con mayor intensidad que lo hace la Formación Profesional reglada". Y recuerda que hace cinco años, gracias a un pacto entre los sindicatos, la patronal y el Principado, se puso en marcha otro programa de formación dual (de dos cursos) que obtuvo buenos resultados. Entonces los alumnos que participaron obtuvieron un certificado de profesionalidad; ahora, accederán a un título oficial de FP reglada.

Aunque el nuevo programa no ha comenzado aún, los empresarios anticipan que un punto a mejorar en sucesivas ediciones será afinar más al identificar las necesidades de los sectores. Y Femetal destacó que la nueva FP dual está enfocada "a jóvenes que verdaderamente tienen una vocación profesional y un interés por acceder al empleo en el metal".

Si la experiencia sale bien, explica Ramón Canal, la intención es extender la experiencia a otros oficios. De momento, casi todo el campo está por labrar.

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