"Asturias se juega hoy algo muy sensible", afirmó ayer el presidente de Duro Felguera, Acacio Rodríguez, sobre la junta general de accionistas que la compañía celebrará esta tarde en Oviedo y en la que someterá a votación una macroampliación de capital de cuya aprobación hoy -y del éxito o no de su suscripción en las semanas inmediatas- dependerá la viabilidad y supervivencia del grupo tras 160 años de historia. "Hay instituciones que se suicidan, pero si no somos capaces de garantizar el futuro de Duro, el daño de imagen será demoledor para Asturias: sería una derrota colectiva porque estaríamos ante la desaparición de una compañía asturiana histórica".

A la vista de la subida del valor en Bolsa (ayer repuntó el 2,38%, aunque llegó a remontar el 9,5%), pese a la contundente dilución que van a a sufrir los títulos con la ampliación (se emitirán 4.656 millones de acciones nuevas frente a los 160 millones de títulos actuales), el grupo intuye que hay inversores comprando la disponibilidad de los derechos de suscripción anexos a los títulos antiguos para acceder a los nuevos. "Lo que justifica que las inversores compren en Bolsa a 0,34 euros -cuando se van a emitir a 0,027 euros- es el valor de futuro que ven en Duro".

Estos movimientos en el mercado, junto con la asistencia de accionistas presentes o representados que se prevé (se espera en torno o por encima del 60% del capital), permite abrigar esperanzas de que prospere el sí a la ampliación -que es la posición que defenderá el consejo esta tarde- aun cuando el mayor accionista (la familia Álvarez Arrrojo, titular del 24,4% y opuesta a la operación) vote en contra.

La compañía paga prima de asistencia (lo que favorece la participación), y las familias Arias (10%) e Ybarra Careaga (5%) parece que apoyarán el sí. Los pequeños accionistas asturianos, muy atomizados, suman en torno al 15% del capital, por lo que su voto también es trascendental.

La sociedad Petroza, del mexicano Mauricio Treviño Zambrano, tiene una opción de compra sobre el 24,4% de los Arrojo, cuya prórroga vencía ayer. Anoche no se había comunicado su renovación por otra semana, aunque medios cercanos a la operación creen que se producirá.

Duro prevé que el expresidente y consejero Ángel del Valle y su familia (Alvarez Arrojo) votarán no "para ser coherentes con lo que ha sido su posición favorable al concurso", dijo Acacio Rodríguez, pero en ese caso, alertó "no podrá haber venta de sus acciones a Petroza", cuyo proceder sigue suscitando muchas suspicacias y dudas. "Aquí no hay plan B: o sale la ampliación o el lunes las acciones de Duro valdrán cero euros. La actitud responsable es votar si", dijo Rodríguez.

El presidente de Duro asegura que él y su equipo están dispuestos a poner sus cargos a disposición de un nuevo inversor que se comprometa con el futuro de la compañía y teme que el interés de Arrojo y Petroza sea dificultar la ampliación y forzar el concurso para desde esta posición exigir una quita total de la deuda a la banca (ahora, se reducirá de 318 a 85 millones) y, "en un proceso de liquidación, comprar sólo determinadas partes de Duro" sin cargas. En este caso, "el resto de accionistas perderían todo".

Acacio Rodríguez cree "realista" y factible captar en el mercado los 125 millones que se pretenden obtener con la ampliación y juzga también posible alcanzar los objetivos del plan estratégico desvelado anteayer. "Es un plan exigente pero esta exigencia la pide la situación". "Tenemos más planes en la mente para salir al ataque" y hay un compromiso, dijo, de "más rigor y exigencia" y de mayor "profesionalización del consejo" para que "Duro no sea el cortijo de nadie". "Va a haber más transparencia y más rendición de cuentas", señaló.

CC OO de Industria y de Duro alertó contra los movimientos de Petroza, y el colectivo asamblea de trabajadores de Duro convocó movilizaciones y una huelga en la filial gijonesa Calderería Pesada.