La mexicana Petroza desiste de comprar a los Arrojo el 24% de Duro

El anuncio de desistimiento en plena ampliación de capital era una sospecha que se había barajado desde un principio por los recelos que había suscitado la operación, que se comunicó como una adquisición y que posteriormente se descubrió que era sólo una mera intención de compra.

Al final, el desenlace se ha producido antes de lo esperado pero, en todo caso, en un momento -como se temía- también crucial para Duro: cuando los accionistas están convocados esta tarde en Oviedo a una junta general de accionistas que debe autorizar o no la macroampliación de capital para captar 150 millones y que, junto con la reestructuración de la deuda y refinanciación de la sociedad por los bancos (ya pactado por el 100% de los acreedores financieros), se considera crucial para garantizar la viabilidad del centenario grupo asturiano. La renuncia de Petroza el día de la junta podría condicionar el sentido del voto de algunos accionistas.

La familia Álvarez Arrojo y el expresidente y consejero de Duro Ángel del Valle, miembro de la dinastía, se han opuesto de forma persistente tanto a la ampliación como a la refinanciación con la banca, y han defendido llevar a Duro al concurso de acreedores (antigua suspensión de pagos).

Petroza infundió sospechas adicionales sobre su proceder y verdaderas intenciones porque, según la dirección de Duro, no se reunió con la sociedad y -hasta donde se sabe- tampoco con otros agentes involucrados pese a su supuesto interés por ser el accionista hegemónico de la compañía asturiana y liderar su futuro. Por el contrario, tardó apenas unos días en formular una denuncia contra Duro Felguera y la ampliación de capital ante la Comisión Nacional del Mercado de valores (CNMV).

Los argumentos esgrimidos en ella y en la explicación facilitada esta mañana para justificar la renuncia se refieren a hechos que se presentan como inéditos para el comprador cuando todos ellos eran públicos y había sido difundidos con anterioridad al pacto de Petroza con los Arrojo en hechos relevantes ante la CNMV y en los medios de comunicación. Se trata de la situación del acta de inspección abierta por la Agencia Tributaria contra Duro por casi 125 millones (la empresa mantiene que se podrá resolver sin impacto para la sociedad) y la discutible exigencia de la banca acreedora de condicionar su apoyo financiero a la empresa Duro Felguera a que los "accionistas mayoritarios" de esta empresa no ejerzan sus legítimos derechos a acudir a la ampliación de capital comprando las acciones que les corresponden y a que tampoco utilicen el recurso legítimo de todo accionista a vender libremente en el mercado sus derechos de suscripción preferente de acciones en el mercado en el caso de no estar interesados en adquirir títulos de nueva emisión. La expresión "accionistas mayoritarios" (con la que se trató de impedir que los Arrojo eludieran el veto aparcando sus acciones temporalmente en una sociedad ajena o aparentemente ajena) es además ambigua e imprecisa, dado que los Álvarez Arrojo son una minoría mayoritaria pero no tienen la mayoría de la sociedad aunque hayan ejercido el poder en la sociedad como si así fuese.

Petroza dice que sigue dispuesta a comprar el 24,4% de Duro si los Álvarez Arrojo le garantizan el precio de las acciones hasta que se despejen ambas contingencias: que se le permita el derecho a acudir a la ampliación de capital (para que su participación no se diluya) sin que la banca renuncie a refinanciar y reestructurar la deuda de la ingeniería y que se despeje la contingencia del acta del fisco. Esta última puede demorarse durante aún bastante tiempo, según las expectativas de Duro Felguera.