Incertidumbre. Ese es el calificativo que mejor define el estado en el que se encuentra a estas horas la gran industria asturiana que no sabe con certeza si el nuevo decreto del Gobierno les obligará a echar el cierre a partir de mañana y durante los próximos nueve días. No lo saben aún porque lo único que conocen, critican, son las palabras de la portavoz del Gobierno, María Jesús Montero, que no han despejado sus dudas y el contenido de un borrador de un posible decreto que circula por las redes sociales y que, en principio, excluye al grueso principal de la industria asturiana de tener que echar el alto. El Gobierno quiere dejar durante la mayor parte de la economía en "stand by" durante los próximos nueve días para tratar de luchar contra la propagación del coronavirus y frenar de una vez por todas los contagios.

Pero, la industria regional no se fía y no las tiene todas consigo y quiere esperar a leer el decreto que tiene que publicar el Ejecutivo y en el que vendrán detalladas todas las actividades que van a tener que parar y las que podrán continuar funcionando. En ese documento que circula por la red se señala que por ejemplo que no tendrán que parar aquellos trabajadores de la industria electrointensiva, siderúrgica o de la minería. También se detalla que tampoco deberán echar el alto las plantas que tengan un ciclo de producción continúo o cuya interrupción pueda ocasionar daños graves a la propia instalación o pueda causar accidentes.

Para ir ganando tiempo antes de que se publique de forma definitiva el decreto, ArcelorMittal, la primera empresa de la región por número de empleados y de facturación, ya ha remitido una notificación a todos sus empleados en la que los insta a ir a trabajar mañana. Entiende la dirección de la multinacional que la suya es una actividad esencial para la economía española y que se va a librar de la hibernación a la que el Gobierno quiere someter a la economía para frenar la curva de contagios del coronavirus.