La dirección de ArcelorMittal pretende reducir temporalmente 15 empleos en las nuevas baterías de coque de Gijón. Esta medida está vinculada a la próxima reapertura del horno alto "A" tras seis meses de paralización y no al ajuste de costes en la división de largos, que conllevará el recorte de 44 puestos de trabajo con carácter permanente en la acería de Gijón y en el tren de alambrón, sin perjuicio de que también se acometan posibles recortes similares en el tren de carril, lo que aún no ha sido desvelado.

El planteamiento de la multinacional siderúrgica para la primera fase de las baterías de Gijón supone eliminar tres puestos de trabajo por turno en los puestos de operador de calentamiento, ayudantes de baterías y operador de subproductos, en los que además se reducirá el número de turnos de dos a uno en el primer caso, de cinco a cuatro en el segundo y de cuatro a tres en el tercero,

Estas medidas, aunque están vinculadas a dotar de personal al horno alto "A", se prolongarán en baterías hasta que entre en actividad la segunda fase de esta instalación para la producción de coque. La compañía cree que podría estar lista para febrero como muy pronto, pero a ello habría que sumar el periodo de calentamiento de sus 44 hornos, lo que podría demorarse otros tres meses.

Los sindicatos mantienen su rechazo a las propuestas de amortización de empleos. CC OO expresó su desacuerdo con esta decisión, que juzgó "temeraria" y que podría poner en riesgo, dijo, una instalación "vital", dado que la primera fase de las nuevas baterías de coque de Gijón (la única disponible, y que entró en actividad en enero) aún arroja deficiencias en sus operaciones. UGT tachó de "excesivas y desproporcionadas" las propuestas de ajustes de los últimos días, aunque se ofrece a negociar para garantizar la continuidad industrial y el mantenimiento del empleo.