Vicente Álvarez Areces, que tiene 72 años, fue alcalde de Gijón de 1987 a 1999 y estuvo al frente del gobierno del Principado durante tres mandatos antes de llegar al Senado, no se da por aludido cuando se le menta esa "vieja" política tan denostada por las formaciones emergentes. Se siente "útil intelectualmente" para encabezar la lista del PSOE asturiano al Senado de cara a una legislatura que se presenta "apasionante" y en la que espera que su partido lidere las "grandes reformas pendientes", entre ellas la de la Constitución y el Senado.
"Nos enfrentamos a una situación compleja en la que está claro que se necesita renovación, pero también políticos con experiencias positivas como la reconciliación nacional que supuso la Constitución de 1978", subraya Areces mientras apura un café en un céntrico establecimiento gijonés. Arranca una campaña que ve "más decisiva que nunca".
Licenciado en Ciencias Exactas, este veterano dirigente socialista confía en voltear unas encuestas de las que sale vencedor al PP y en las que aprecia "demasiada cocina". Da por descartado que haya mayoría absoluta y apunta entre las grandes fortalezas electorales del PSOE y de su líder, Pedro Sánchez, "una mayor flexibilidad" para unos pactos que, a su juicio, deben de ir más allá de los acuerdo de gobierno para entrar en las grandes leyes que necesita el país. "Somos el partido con más condiciones y altura de miras para llegar a pactos basados en los programas, y no como el que han alcanzado aquí PP y Foro, que consiste en la asunción del programa popular y el reparto de los puestos en la lista", asegura Areces, que no acaba de ver el encaje entre esta recomposición con las "feroces críticas" lanzadas por los casquistas contra sus ahora socios en el Congreso y en el Senado, de las que ha sido testigo directo.
"Espero que los asturianos se den cuenta del oportunismo de esa unión y que hagan del PSOE la fuerza mayoritaria en la región", subraya. Sería, también, un castigo para Mariano Rajoy, al que acusa de haber "maltratado" al Principado durante los últimos cuatro años, lo mismo en materia de minería que en infraestructuras o en el apoyo al puerto gijonés de El Musel.
Tras haber impulsado más de 1.600 iniciativas parlamentarias en esta última legislatura, el número uno del PSOE asturiano al Senado mantiene "intactas" sus ganas de trabajar. Y habla con pasión cuando se refiere a la tarea que le espera si renueva el escaño: "Tenemos que impulsar un cambio en el modelo productivo, derogando la reforma laboral; restaurar los derechos sociales; aprobar una ley básica de homologación de los impuestos elementales de las comunidades autónomas; una transición energética a un modelo con menos emisiones o reformar la Constitución para incorporar los derechos sociales y cohesionar el país de forma que se resuelvan problemas como el de Cataluña, con una convivencia en la que se respete la identidad sin salir del marco común y de respeto a la legalidad". En pleno debate sobre su futuro, Areces considera al Senado "más necesario que nunca", pero como "Cámara territorial en la que esté representado el pluralismo de todos los territorios y que evite brotes soberanistas".
