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El voto de los jubilados

La subida de las pensiones, la manutención de familiares, las ayudas para residencias y la corrupción centran las preocupaciones de los mayores asturianos

Petra Romero y Ramiro Tuset en el centro de Las Meanas, Avilés. RICARDO SOLÍS

Ramiro Tuset tiene 80 años y con su pensión ayuda a su hija, que lleva 12 años en el paro. "Se lleva la mitad de la paga", afirma este jubilado, que dice no tener "vicios" y que pasa sus horas de ocio en el centro de mayores de Las Meanas, en Avilés. El caso de Tuset es el de muchos pensionistas en Asturias que se han visto "obligados" a tener que echar una mano a sus descendientes, afectados por la crisis económica. "En estos últimos cuatro años mi pensión se ha mantenido e incluso bajado. Algunos meses he cobrado menos por la subida del IRPF", afirmó. Del próximo gobierno que salga de las urnas el 20 de diciembre no se espera "nada bueno". "Los gobiernos tienen que pensar no solo en los jubilados sino en la gente que vive mal", aseguró Tuset.

Junto a Tuset, Petra Romero, de 70 años, se muestra más combativa y crítica. "En estos años hemos perdido poder adquisitivo, entre 8 y 10 puntos y ahora nos tememos que nos puedan quitar la paga de enero. Lo de esperar es terrorífico ya que no tenemos claro qué va a pasar con nuestras pensiones, si se van a quedar igual o empeorar. Lo que no tenemos es mucha esperanza de que esto mejore", sentenció. Romero aseguró que cuando trabajas tienes "por lo menos el derecho a protestar": "Ahora ¿qué hacemos? Aguantar y verlas venir".

La mujer considera una "desfachatez" cuando oye a los políticos decir que sus pensiones no han bajado. "Lo que más me destroza es cuando nos mandan la carta diciendo que se va a revalorizar", afirmó. Petra Romero, como Tuset, recuerda que muchos pensionistas ceden parte de sus pagas a sus familiares. "Te da para comer y dormir". Del próximo gobierno lo que espera es que vuelva a dejar como estaban las pensiones hace unos años "y de ahí, mejorar lo que han destrozado". "En los años 50, cuando yo llegué a Asturias, estábamos mejor que ahora. por lo menos teníamos un sueldo que nos permitía comer y vivir. Ahora, con 400 euros, es imposible; es una miseria. Nos están robando para que los ricos se hagan más ricos", concluyó Romero.

LA NUEVA ESPAÑA compartió con un grupo de pensionistas asturianos sus inquietudes. En el Centro de Mayores de El Coto, en Gijón, mientras disfrutan de su partida de cartas, ojean los periódicos, y analizan también la situación del país arrancan, de mano, con una crítica a los políticos corruptos. "Lo primero es que devuelvan el dinero", claman al unísono los jubilados gijoneses. Y después salen a relucir sus preocupaciones y reivindicaciones de cara a las elecciones generales del próximo 20 de noviembre. La primera de ellas: la subida de las pensiones. "A nosotros nos aumenta nada más un 0,25 por ciento y a ellos (en referencia a los políticos y trabajos públicos) un 0,40", lamenta Cándido Rodríguez, de 80 años. A su lado se sienta José Menéndez, de 69 años, traslada la necesidad de "conseguir como base principal que haya pensiones dignas".

Enrique Rodríguez, de 67 años, escucha atentamente a sus compañeros y apunta más fino al recordar que hace unos años se vieron sometidos a una congelación de sus pensiones: "Este gobierno que tenemos ahora ha sacado 10.000 millones de las arcas de los pensionistas para otros fines. Y lleva ya sacado el 50 por ciento". Y a esa preocupación se suma José Menéndez, proponiendo nuevas soluciones: "Si las pensiones no se pueden financiar como cotizaciones sociales, porque hay pocos que trabajan, que vayan de los Presupuestos Generales del Estado".

Calidad de vida

Las pensiones no son un tema baladí en Asturias, que cada vez cuenta con una población más envejecida. Y más cuando numerosas familias sufren la problemática del paro, y tienen que tirar de los mayores para subsistir. "Si no fuese por los abuelos se pasaría mucha hambre", recuerda Alberto Roces, de 74 años. Y Marcelino González, que tiene 84 años, y a su hija y su yerno de 50 en el paro, reconoce que "hay que hay que ayudarlos, porque no queda otra". Por eso Joaquín Fernández, de 75 años, uno más de los participantes en la tradicional reunión del grupo en fin de semana en el centro de mayores de El Coto va más allá y pide al nuevo gobierno "ayudas para las residencias, porque cada vez hay más gente mayor en Asturias, y es necesario tener una buena calidad de vida".

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