Reproches al Partido Popular y al Partido Socialista, la vieja política, por parte de las formaciones emergentes, Podemos y Ciudadanos, todos; pero alusiones directas a quienes representaron al PP y al PSOE en el debate de ayer, casi ninguna. El PSOE hace ya bastantes meses que cuenta con un líder, Pedro Sánchez, sin apenas conexión con los veteranos de su partido, con lo que ello implica, la nula o muy poca implicación con las épocas de gobiernos socialistas. El PP buscó y encontró a la persona adecuada para desligarse, fundamentalmente, de la principal tara de este partido en los últimos años: la corrupción. La vicepresidenta primera del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, fue la elegida y, por supuesto, logró no convertirse en el centro de las críticas personales de los otros tres candidatos a causa de los escándalos que afectan a su partido, que es lo que hubiera sucedido si el número uno, Mariano Rajoy, hubiera acudido al debate.
Los cuatro candidatos a la Presidencia del Gobierno llegaron con la lección muy bien aprendida. No hubo apenas lugar a la improvisación. Sáenz de Santamaría lo tuvo claro desde el principio: no es lo mismo hablar que gobernar. Pedro Sánchez se mostró demasiado disperso por, probablemente, querer trasladar demasiados mensajes en muy poco tiempo. Todo lo contrario que Pablo Iglesias, que repitió en exceso las ideas base de su partido y que evitó aquellos asuntos calientes que afectan a su organización. Albert Rivera también se mostró exageradamente repetitivo. Al igual que el número uno de Podemos dio la sensación de que el líder de Ciudadanos acudió al debate con el objetivo de no cometer equivocaciones, de no perder en poco más de dos horas lo que, según las encuestas, ha ganado en las últimas semanas.
Cuatro candidatos sin pasado. La renovación de la política española. Lo que falta por saber ahora es si el gran ausente del debate, Mariano Rajoy, conseguirá o no repetir como presidente del Gobierno español tras el 20-D. En todo caso, de no ser así, y si fuera necesario un recambio por parte del PP, Soraya Sáenz de Santamaría presentó anoche su candidatura.
