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En corto y por derecho

El tuit fondón y el disputado voto hipster

El tuit fondón y el disputado voto hipster

Las estupideces que se cometen con el Twitter en la mano siguen dejándome perplejo. La última tiene un nombre. O mejor dicho, dos nombres. Vayamos por partes. Uno de los protagonistas de la historia se llama Ángel Camacho Lázaro y es concejal de Urbanismo del Ayuntamiento madrileño de Galapagar (huy, qué miedo). Del PP para más señas. Otra protagonista, muy a su pesar, es Begoña Villacís, portavoz de Podemos en el Ayuntamiento de Madrid. Camacho, a medianoche de ayer, se arrancó con un tuit en el que llamaba "fondona" a Villacís, y suponía que la edil se había comido "una fábrica de bollos". La reculada fue impresionante. Al mediodía el tuit había desaparecido; por la tarde, Camacho se deshacía en disculpas a la propia Begoña: "Lamento el desafortunado comentario y aunque no tiene disculpa espero que acepte la mía. Estoy verdaderamente arrepentido". Villacís se lo tomó con ironía y alguien de su entorno puso en marcha una campaña tuitera al grito de yotambienestoyfondona y a la que se sumó el economista asturiano Luis Garicano, el hombre de los números en la formación de Pablo Iglesias. La idea es salir en la foto comiendo un bollín como respuesta a la salida de tono nocturna del concejal pepero.

Las redes sociales están omnipresentes. El PP saca vídeo para reivindicar que le votan perfiles muy distintos. El protagonista es un joven hipster, en principio muy alejado de la estética de Mariano Rajoy, salvo por lo vintage. El diputado "hipster" de UPYD Julio Lleonart, sustituto de Cantó en el Congreso, se dio por aludido y contestó a las pocas horas: "Hola, Mariano. No voy a votarte".

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