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Grado

Otra vez no, Mariano

Otra vez no, Mariano. La experiencia ya nos sobrepasó, por eso, otra vez no, Mariano. Dicen los que entienden de esto que has acabado con la clase media, si es que alguna vez hubo una clase media en este país de países. Yo creo que te has cebado con los que menos lo merecían, con los más débiles: con la infancia y la juventud, trabajadores, pensionistas, enfermos y dependientes.

Con la infancia y la juventud, porque con tus recortes y con un nuevo plan de estudios hiciste bueno a tu antecesor, los habéis condenado a una enseñanza mediocre, que en lugar de acercarnos a los estándares de eficiencia europea nos aleja aun más.

Con los trabajadores, porque te has alineado con las patronales. Que si éstas pedían despido libre, lo rebajaste hasta mínimos, y para acallar a algún descontento has aniquilado los convenios colectivos, y en aras de una imaginaria creación de empleo, permites contratos por semanas, días y horas. Las empresas más solventes, incluso aquellas que disfrutan de especial protección estatal, han abaratado el coste de la mano de obra con despidos a la carta y la contratación a cambio de penurias. La pobreza de los trabajadores es un hecho constatable.

A los pensionistas, como si no supieras que fueron el soporte de miles de familias empobrecidas por una fingida crisis, en realidad un expolio, una estafa, les has congelado los ingresos, sí, congelado, al igual que hizo tu antecesor, con subidas ridículas que son la vergüenza y el escarnio de millones de hogares. Y para mayor agravio, les instalas el copago sanitario, eliminas del sistema sanitario público medicinas imprescindibles para mantener una mínima calidad de vida. De impuestos, sería mejor no hablar. Porque, Mariano, has subido el IVA, el impuesto más injusto e insolidario de los que has modificado. Como si no fueras consciente de que esto rebajaría el poder adquisitivo de los más desfavorecidos.

A los enfermos, incumpliendo una más de tus promesas, los condenas a una sanidad cada día más deficiente. Has llevado a cabo lo que ningún Gobierno demócrata y con un mínimo sentido social debería hacer: recortar su dotación económica.

A los dependientes los has dejado sin presupuesto, es tan escaso que la mayoría de los solicitantes en lista de espera fallece sin ver atendidas sus justísimas reclamaciones. ¿Qué te han hecho? Sé que tienes en la familia al menos un caso, seguro que a él le llegó a tiempo el reconocimiento. Y tu Ministro, presumiendo de disminuir esa misma lista. Vergonzoso, Mariano.

No, Mariano, no has dejado títere con cabeza, has defraudado a tus votantes, incluso a alguno de los miembros de tu partido, porque, Mariano, incluso has cobijado entre tus íntimos a corruptos y defraudadores fiscales. No, no es cierto que hayas luchado contra esa lacra social, la has permitido y cuando no has tenido más remedio te has escondido tras el famoso plasma.

Dice la letra de una canción de un cantautor asturiano, Pedro Moro, que un hombre sólo es el valor de las promesas que cumplió; está claro que el tuyo, si algún día lo tuviste, lo has dilapidado. Y sigue diciendo: ojalá que el océano tenga memoria, y yo añado, el océano y tus damnificados.

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