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Pasaba por ahí

La casta soy yo

Un mitin sin peligro de incendio en el que triunfó el recuerdo a Marcelo García y hubo críticas hacia los partidos emergentes

La casta soy yo

Tres políticos con misión exaltatoria, un cuarto orador en brazos de la ironía y un cierre de intervenciones, el del aspirante a La Moncloa, Pedro Sánchez que cosechó cincuenta ovaciones, número redondo, y concretó una docena de objetivos de gobierno. El mitin central de campaña del PSOE en Asturias fue cálido más que caliente, sin vientos polares pero con escaso riesgo de incendio. Los bomberos, uniformados, estaban en el exterior del pabellón de La Tejerona, sin mangueras pero con pancarta: "El PSOE nos quema".

Un mitin en el que triunfó Marcelo García, ausente y muy presente. Marcelo, fallecido esta semana, estuvo en boca de todos. Los del atril, atribuyéndole todas las buenas etiquetas del socialista histórico. A pie de pabellón, entre anécdotas y viejas peripecias personales. Recordar a Marcelo es reivindicar al partido.

Fue una reunión nada tumultuosa pero poco apropiada para los daltónicos. La política es hoy una batalla dialéctica entre colores, y el mensaje socialista es una crítica a los naranjas que tienen vocación de azules, a los morados que en el fondo les encantaría parecerse a los rojos, y en Asturias (por PP y Foro) a los dos tonos de azules que, juntos, destiñen.Por eso, entre tanta reflexión cromática, se ganó el puesto más alto del podium una frase de la número 1 del PSOE por Asturias, Adriana Lastra.

"La casta soy yo. Y os voy a decir cuál es mi casta. Es una casta de campesinos que se deslomaron y que dejaron la salud en las cárceles franquistas. La casta de mi padre taxista y mi madre peluquera que trabajaron toda su vida para sacar a sus hijas adelante. Vengo de la casta de Pablo Iglesias, pero el de verdad".

Lastra se afianzó anoche como candidata de primera línea. Lo demás fue fiel al guión. José María Pérez se refirió al contubernio local: la marca afín a Podemos dando el gobierno de Gijón al sector derechista de la derecha. ¿Qué color dará la mezcla de morado y azul playu, me pregunto? Javier Fernández, presidente de Asturias, entró cuatro veces en éxtasis y puso los pelos de punta a una veterana socialista de la cuarta fila: "¡Ay, madre, va da-y algo!".

"Somos como vosotros", exclamó Fernández en medio de su sentida y a veces sobreactuada arenga. Se dio el presidente asturiano el gusto de leer algunas de las lindezas que desde la bancada política de Foro dispararon en su (no muy lejano) día contra el PP, hoy su socio electoral en Asturias. Cachondeo en la sala.

"¡Zapatero, no te vayas!", gritaron desde el gallinero cuando el expresidente del Gobierno, el hombre de la alianza de civilizaciones, salió al estrado para lanzar el mejor piropo posible a la concurrencia: "Estoy en la tierra donde han florecido los mejores socialistas de nuestra historia". "Rajoy de lo que más sabe es de fútbol. Pues que se dedique a eso", propuso Zapatero. "Nosotros, los socialistas, lo que mejor sabemos hacer es ganar elecciones". Mariano Rajoy fue su principal diana: "Me encanta que haya asistido a la boda gay de un político vasco de su formación".

Rodríguez Zapatero, que se marchó a mitad del mitin por razones de agenda y traslado, vive la política desde el relax. Se le nota. Pedro Sánchez no es lo mismo. Sánchez está trabajando. Un chiste: "Me preguntaron qué es lo que más temía del próximo debate con Rajoy; y yo contesté: que no aparezca". Una advertencia: "¡Todos al suelo, que viene Rajoy anunciando una bajada de impuestos!". Un toque local: "Rodrigo Rato es a la única persona que ha rescatado Rajoy en estos cuatro años". Y un diagnóstico sobre Cataluña: "Hay un culpable, Artur Mas y los independentistas que se saltan las leyes. Y hay un responsable, Rajoy con su inación".

La estrategia del PSOE es palo a mansalva contra el Gobierno, sarcasmo cruel contra "los nuevos partidos, que son muy viejos", y ninguneo a IU, la izquierda clásica que, al parecer, no molesta. El mensaje de Sánchez: o nosotros, o nadie.

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