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JOSÉ JULIO RODRÍGUEZ | Exjefe del Estado Mayor de la Defensa y fichaje de Podemos

"Podemos es una opción legal y patriótica, no soy antisistema"

"Estoy en Podemos para seguir luchando por mi patria" | "Me considero un pacifista"

José Julio Rodríguez, en la sede de Podemos. FOTOS: DANI GAGO

José Julio Rodríguez (Ourense, 1948), Jefe del Estado Mayor de la Defensa (Jemad) en la época de Zapatero, fichaje estrella de Podemos, destituido recientemente de la reserva por el Consejo de Ministros por considerar que había perdido la confianza que las Fuerzas Armadas habían depositado en él, lleva con orgullo ser el número dos de la candidatura podemista por Zaragoza para el 20-D tras haber cambiado con naturalidad las armas por el morado, el color de su partido, y la milicia por la política, para luchar de otra manera por la patria. "Me considero un pacifista y eso no es ninguna contradicción con mi pasado militar", afirma el general Rodríguez, que expone sus puntos de vista con humildad pero sin complejos para acallar las voces que desde que se unió a la formación de Pablo Iglesias le acusan de haber traicionado a la nación. Amable, prudente y sin una palabra más alta que otra, Rodríguez se siente como pez en el agua en plena campaña electoral, y dispuesto a librar batallas rodeado de jóvenes a los que agradece haberle ayudado a recuperar la ilusión por la política. Considera que el Rey Juan Carlos fue un gran monarca que gestionó muy bien un momento crucial de la historia de España, pero no se corta al decir que un demócrata debe aspirar a que los ciudadanos, y no la sangre, elijan a su jefe de Estado. En plena plaza de España, sede del partido que surgió tras el 15-M, de paisano y sin las tres estrellas de cuatro puntas de teniente general, categoría militar sólo superada por el Rey como capitán general y jefe supremo de las Fuerzas Armadas, Rodríguez, retirado como militar, apoya el derecho de los catalanes a decidir su futuro, que él ve mejor dentro de España, critica que Occidente bombardee territorios del Estado Islámico mientras alimenta con la venta de sus armas al yihadismo radical y aboga por una España y una Europa más fuertes en la OTAN con un Ejército europeo propio.

-Dígame, señor Rodríguez, ¿qué es lo que definitivamente le convenció a dar el paso para apoyar a Podemos en las próximas elecciones generales?

-No fue una decisión de un momento sino un proceso tras sentirme desilusionado por los momentos cruciales que vive el país. Estuve documentándome acerca de Podemos y de su programa y un día me hicieron la oferta de unirme a su proyecto.

-¿Qué pensó entonces?

-Me quedé muy sorprendido, me lo pensé y acepté porque me di cuenta de que era una oferta de cambio, distinta a la de los partidos tradicionales. Para mí, Podemos representa el momento del cambio y de la ilusión que los ciudadanos habían perdido en la política.

-Disculpe que se lo plantee, dicen que ha sido su nueva relación sentimental la que le ha convertido en "Rodríguez el rojo".

-Ya llevo 15 años con ella, así que no me parece tan nueva esta relación. Somos dos personas independientes y cada una tiene su criterio. Me parece ofensivo que alguien piense que ella influye en mí o que yo influyo en ella.

-Pero sus criterios políticos coinciden en este momento, ¿no?

-Sí, claro, pero si nos ponemos así podría decir que hasta mi hija de 12 años es de Podemos. En una familia se influyen todos los miembros, pero desde el respeto.

-¿Qué recuerdo tiene usted como militar del proceso con sus compañeros de la UMD (Unión Militar Democrática) al final del franquismo?

-Era un momento marcado por la predemocracia y la aparición de la UMD fue un aldabonazo. Yo no participé en ese proyecto, aunque simpatizaba con ellos. Querían una democracia y una Constitución y cuando se lograron estos objetivos, la UMD desapareció.

-¿Qué le ha dicho su padre, aviador de Franco, de 97 años, cuando le comunicó que se afiliaba a Podemos?

-Desgraciadamente, mi padre ya está en una situación en la que no se da cuenta de esto. Él es una persona muy tradicional, a diferencia de mi madre. Supongo que si supiese que milito en Podemos, primero hubiésemos discutido y luego, como todo padre, hubiese aceptado mi decisión.

-¿Qué dice su madre?

-Mi madre con sus silencios me apoya.

-Señor Rodríguez, ¿cómo fue su colaboración como Jefe del Estado Mayor de la Defensa (Jemad) con el Rey Juan Carlos en su calidad de Rey y de jefe supremo de los ejércitos de España?

-Mantuve con el Rey Juan Carlos una relación cordial porque él es una persona muy afable. Yo asistía a las audiencias que tramitaba la Casa Real. Creo que el Rey Juan Carlos fue un gran gestor durante un momento crucial de la historia de España y a lo largo de su vida un gran jefe de Estado.

-¿Enturbiado por los últimos años de su reinado?

-No seré yo el que juzgue los últimos momentos de un reinado tan largo.

-¿Puede ser un ex Jemad un antisistema?

-No soy un antisistema. Estar en Podemos es una opción de cambio, legal y patriótica, porque lo que queremos es estar con todo tipo de gente a la que queremos defender.

-¿Cómo valora usted la Transición democrática en España, tan cuestionada por el líder de Podemos, Pablo Iglesias?

-Durante la Transición se hizo lo que se pudo teniendo en cuenta que veníamos de una dictadura muy larga y con una ideología muy acentuada. Lo que se hizo en aquellos momentos fue correcto, pero lo que ya no me parece tan correcto es lo que ha sucedido durante las dos últimas décadas, en las que se evolucionó hacia una anestesia total que provocó que los políticos se alejasen de la sociedad.

-Da la impresión de que Carme Chancón, su ministra de Defensa entonces, quedó muy sorprendida de su incorporación a Podemos. Vamos, que no se lo esperaba por el conocimiento que tiene de usted.

-La sorpresa ha sido general, y en este caso demuestra que mientras fui Jemad cumplí con mi labor como me correspondía. Los que me conocen no se llevaron tal sorpresa.

-¿Está poniendo en peligro la indisoluble unidad de la nación española (artículo segundo de la Constitución) el proceso secesionista que lidera Artur Más?

-Lo que propugnamos en Podemos es la unidad de España, pero como además somos demócratas, defendemos el derecho a decidir de los catalanes. Los que más queremos que Cataluña se quede en España somos los de Podemos.

-¿Le costó en algún momento aceptar el criterio de Pablo Iglesias favorable a que los catalanes se pronuncien en un referéndum sobre si quieren o no la independencia?

-No. Como demócrata que soy no temo a la democracia. Quiero que los catalanes se sientan bien en España y por eso desde Podemos queremos ir a Cataluña a buscar la propuesta que les haga felices. No pretendemos que vengan los catalanes a buscarla a Madrid.

-¿Cómo interpreta usted el mandato constitucional según el cual las Fuerzas Armadas son las encargadas de garantizar la soberanía e independencia de España así como de defender su integridad territorial?

-La Constitución garantiza la supremacía del poder civil sobre el militar. Ése es el artículo con el que habría que complementar ese mandato del que me habla. La unidad de España es responsabilidad de los políticos, no de las Fuerzas Armadas.

-¿Qué papel espera del Rey Felipe VI para resolver el problema catalán?

-Ése es un asunto que corresponde al Gobierno. No le demos al Rey atribuciones que no le corresponden.

-¿Pensaba usted lo mismo que piensa ahora cuando era Jemad con el presidente Rodríguez Zapatero?

-Exactamente lo mismo, pero sin plantearme el participar en política porque era Jemad y ni se me pasaba por la cabeza. Tengo aprecio a Zapatero.

-Podría haberse afiliado al PSOE en vez de a Podemos por esa afinidad?

-El proyecto que me gustó fue el de Podemos y me hizo mucha ilusión que gente joven como ésta me invitase a unirme a esta aventura. Si puedo seguir luchando por España lo haré desde Podemos.

-Usted tiene que estar pasándolo mal con tanta crítica, ¿verdad?

-No, la verdad es que ya tengo una larga experiencia vital. Lo que me sorprende, y mucho, son ciertas reacciones viscerales que pensaba que ya habían desaparecido.

-¿Cuántas veces le han llamado traidor desde las Fuerzas Armadas, su casa hasta que le destituyeron hace unos días?

-A la cara, nadie.

-¿Cómo ha encajado la brutal invitación de otro teniente general en la reserva, Emilio Recuenco, a "pensar en la posibilidad de poner entre sus dientes la bocacha de un Cetme"?

-Él ha negado haber escrito esa carta, que clasifico en las de corte visceral incomprensible.

-¿Qué reformas habrá que aplicar en las academias militares para que no salgan de allí opiniones de este tipo?

-La visceralidad no está sólo en las academias militares o en las Fuerzas Armadas en general, hay un sector de la sociedad española muy intolerante. Hay mentes militarizadas, en el peor sentido de la palabra, dentro de la sociedad civil.

-Ahora le acusan de todo: de defender la causa de ETA, de amparar a Bildu en Navarra, de cooperar con los que quieren acabar con la monarquía?

-¡Qué le voy a hacer! Simplemente hago oídos sordos, aunque reconozco que hay ciertos comentarios, muy minoritarios, que hacen un poco de daño. La verdad es que son pocos y siempre los mismos.

-¿Le ve sentido hoy a la monarquía en España?

-Cualquier demócrata prefiere elegir a su jefe de Estado.

-¿Qué deben hacer en su opinión los soldados españoles ante la amenaza del yihadismo islámico?

-Nada. Los políticos son los que tienen que buscar soluciones que pasan por intervenir en el origen del problema. Hay que actuar con la cabeza más que con el estómago o el corazón para atajar estas tremendas amenazas.

-¿Le ve usted algún sentido a tener un Ejército para misiones de paz?

-Las Fuerzas Armadas tienen una misión defensiva, no ofensiva. Lo que no se puede es utilizar ahora a las Fuerzas Armadas como arma arrojadiza para hacer política, porque eso demuestra que la política ha fracasado.

-¿Qué le pareció la declaración de guerra al Estado Islámico del socialista presidente de Francia, el señor Hollande?

-Entendemos el dolor de los franceses y nos solidarizamos con ellos, pero creo que con bombardeos no se soluciona nada. Al revés. Desde 2001 hasta ahora, la solución para atajar el islamismo radical ha pasado por bombardear, y eso no ha hecho más que aumentar los ataques terroristas. Hay que ir al origen del problema.

-¿Dónde está ese origen?

-Ese yihadismo salvaje surgió hace cuatro años, cuando países de Occidente, Turquía y otros del golfo Pérsico financiaron a ciertos terroristas para acabar con Al Asad. Ahora ven que se han equivocado, pero lo que habría que hacer es cortar las vías de financiación a estos terroristas y embargar las armas que les venden desde Occidente. En esta espiral de violencia hay un negocio que no se ha dejado de alimentar.

-¿Debería España abandonar la OTAN en su opinión?

-Lo que habría que promover es una defensa integral europea y eso es, de nuevo, competencia de los políticos, que tienen que consensuar sus estrategias defensivas y sus intereses comunes siempre con los países más cercanos. España y Europa necesitan más peso en la OTAN y eso se logra con un Ejército europeo.

-¿Se considera usted un pacifista como el número uno de su candidatura por Zaragoza, Pedro Arrojo?

-Me considero un pacifista. Y no es ninguna contradicción. Los militares, como buenos conocedores de los desastres que produce la guerra, somos y debemos ser los primeros interesados en evitarla. La intervención militar es la última herramienta que debe utilizar un político para resolver un conflicto. La empatía entre Pedro Arrojo yo demuestra la fortaleza de la candidatura de Podemos y habla del momento político actual. Sólo en momentos históricos de cambio, gente tan diferente trabaja junta para poner en marcha ideas de sentido común, combatir la desigualdad y la pobreza, reactivar la economía para crear empleo y luchar contra la corrupción para tener un país decente. Necesitamos un país nuevo que sólo haremos entre todos.

-¿Por qué tipo de España apuesta usted?

-Quiero una España más feliz.

-¡Eso lo queremos todos!

-Sí, pero sólo desde Podemos se puede luchar contra la corrupción y buscar una sociedad más igualitaria. En Podemos no entramos para ganar dinero.

-¿Ha perdido usted dinero entrando en Podemos?

-Sí, por eso fue una decisión en la que impliqué a mi familia. Este paso tiene además un coste personal grande, pero como tengo capacidad de indignación y he recuperado la ilusión, estoy decidido a apostar por este proyecto para luchar por mi país.

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