El candidato del PSOE, Pedro Sánchez, se marchó ayer de Sevilla con las "pilas cargadas", después de protagonizar un mitin en el que recibió varios mensajes de cariño y confianza de la presidenta andaluza, Susana Díaz, ante unas 3.000 personas. Ambos se esforzaron por escenificar unidad, después de que el liderazgo de Sánchez fuera cuestionado esta semana por sus rivales del PP y Podemos.

"El socialismo andaluz es el corazón del socialismo de España y con vuestro pulso firme vamos a ganar las elecciones", prometió Sánchez ante un público que le coreó puesto en pie: "Presidente, presidente".

Sánchez y Díaz entraron juntos al Polideportivo del barrio de Pino Montano y saludaron, juntos también, a los presentes. Y en vez de la frialdad de otras ocasiones, ayer se cruzaron abundantes mensajes de apoyo.

De hecho, en sus intervenciones exhibieron complicidad. Así, cuando la presidenta andaluza le pidió que, cuando llegue a la Moncloa, paguen al 50% la dependencia, Sánchez recogió el guante. "Yo el 50% y tú el 50%", le respondió.

Ambos asistieron codo con codo a las intervenciones del alcalde de Sevilla, Juan Espadas, la secretaria provincial, Verónica Pérez, y el cabeza de lista al Congreso por la capital hispalense, Antonio Pradas. Y, cuando le llegó su turno, Díaz dio a Sánchez su apoyo cerrado, asegurando, nada más comenzar su intervención, que está "convencida" de que será presidente del Gobierno.

Díaz defendió que España necesita "un presidente comprometido, sensible y decente", como cree que será Pedro Sánchez a partir del 20 de diciembre.

Pero, además, dijo que Andalucía necesita que Sánchez esté en la Moncloa. "Hace falta que este hombre sea presidente del Gobierno, que se comprometa con Andalucía para que le dé lo que es de derecho".

Sánchez, pues, se fue convencido de que ganará las elecciones con el ánimo que le trasladó "el corazón del socialismo de España". Dicho lo cual cargó contra sus rivales del PP, Ciudadanos y Podemos, el "frente antiPSOE". Porque, según dijo, "el azul, el naranja y el morado son colores complementarios", los de unas "amistades peligrosas" que buscan dañar al PSOE y "regalar cuatro años más de gobierno" a Rajoy.

Después arremetió contra el partido de Pablo Iglesias y el PP. "Frente a la izquierda del postureo, aquí está la izquierda progresista", que quiere "hacer dimitir" a Rajoy para que el Gobierno "recupere la decencia".