Adriana Lastra Fernández, candidata socialista por Asturias al Congreso, quiso darle la vuelta a lo de "la casta" que utilizaba, más que utiliza, Podemos. Declaró: "Sí, soy de casta, de buena casta: mis padres son una peluquera y un taxista, y yo pertenezco a la casta de los socialistas, que se dejaron la piel por defender la libertad y por mejorar este país". A cambio, obtuvo alguna respuesta de "la caspa" con su clasismo de mierda. Casta es "Ascendencia o linaje. Se usa también referido a los irracionales", dice la primera acepción del diccionario. Contra la casta de siempre se saca otra casta. Baste recordar el desafiante debut en la Junta General de Lucía Montejo, diputada regional de Podemos, alardeando de dignidad congénita por ser hija de gente que había trabajado.
Esas explicaciones recuerdan la pregunta clásica provinciana del franquismo: "¿De quién eres?". La fórmula tuvo dos canciones bien sonadas. Una, navideña, el villancico de "dime, niño, de quién eres, / todo vestidito de blanco; / soy de la Virgen María / y del Espíritu Santo". Otra, el "agropó" sureño de "No me Pises que Llevo Chanclas": Y tú ¿de quién eres? / De Marujita. / Y tú ¿de quién eres? / De Josefita, le dije yo a la vieja. / Y tú ¿de quién eres? / De Marujita, otra vez te lo estoy diciendo. / Y tú ¿de quién eres? / De Miguelina, la que le tocaba prima hermana / a la que se casó de penalti / con un hijo del que vendía / cupones en la esquina Sacristanes".
En las elecciones ideales debería funcionar mejor quién eres y qué ofreces, pero en las reales, pasadas por el "efecto Bertín", ya funciona cualquier cosa. Si Adriana es la casta, López Ares es, sin duda, la Susana. En sentido contrario, el entorno de Susana López Ares no calla con que es economista (una respuesta del "es", no del "de quién es"), pero lo repiten tanto y en tantos contextos que la titulación universitaria de la candidata popular por Asturias recuerda a la de bióloga de Ana García Obregón, actriz.
